En la costa, con un pendejo de 19 años (1)
Fecha: 02/09/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Victoria Maria, Fuente: TodoRelatos
Ha pasado mucho tiempo desde mi última publicación…
Antes de proseguir quiero agradecer a todos aquellos que estuvieron y están pendientes de mi enviándome correos preguntando por mi estado de salud.
Si bien a algunos ya les he contestado y a otros les iré contestando poco a poco, quiero que todos sepan que mi ausencia se debió a un accidente que tuve en el gimnasio y luego torpemente me caí en las escaleras de mi casa.
Estuve muchos meses incapacitada, incluso sin poder moverme. Afortunadamente ya estoy bien y he vuelto a mis andanzas, aunque también aclaro que durante mi convalecencia y a pesar de mis limitaciones motrices, tuve algunas aventuras que más adelante iré publicando.
Por lo pronto voy a contarles lo que hice hace poco, durante el mes de diciembre antes de las fiestas.
Como lo venimos haciendo en los últimos años, gran parte de la temporada vacacional, alquilamos la casa que tenemos en la costa atlántica.
En esta ocasión se alquiló a partir del 15 de diciembre y hasta finales de febrero.
En principio mi marido iba a viajar solo para entregar la casa a los primeros inquilinos, pero como había muy poco movimiento en el negocio, me pidió que lo acompañara. Según él…, para que me distraiga y que descanse, pero en realidad me llevó para que lo ayude a limpiar y sobre todo para que no me quede sola en la casa.
El lunes 11 de diciembre salimos a la ruta, llegamos cerca del medio día y para aprovechar el tiempo inmediatamente comenzamos con las ...
... labores.
Ese primer día fuimos a comprar algunos comestibles al Mini Súper que está por ahí cerca y comimos en la casa…, nos acostamos temprano ya que ambos estábamos bastante cansados, aunque para poder conciliar el sueño estuve un buen rato masturbándome…, mientras mi marido dormía a mi lado…
Al día siguiente continuamos con las tareas…, yo limpiando a full y él tratando de arreglar la persiana de uno de los dormitorios que se había salido de la guía, algo que pasa bastante seguido.
Pasaditas las dos de la tarde, mi marido se acostó a dormir la siesta y yo me fui a caminar a la playa…
Había algo de gente…, algunos metidos en el agua, otros tomando el sol y en la parte mas alejada varios hombres mayores pescando…
Siguiendo las indicaciones del doctor y como parte de mi rehabilitación caminé bastante de un lado al otro, por supuesto viendo si había alguien que valiera la pena para tener alguna aventura fugaz. Muy a mi pesar, no había hombres solos…, la mayoría eran mujeres y demasiados niños para mi gusto.
En mis idas y vueltas, lo único que me llamó la atención, fue un muchachito que estaba solo, sentado cerca de los médanos respaldado sobre una mochila.
Cuando pasé frente a él sentí lo penetrante de su mirada, la primera vez solo lo miré de reojo y la segunda, sonriéndole lo saludé con un ¡hola!...
Si bien el pibe respondió mi saludo…, me di cuenta que algo le pasaba, se lo veía muy triste y acongojado.
Seguí caminando y en los 10 minutos que tardé ...