1. En la costa, con un pendejo de 19 años (1)


    Fecha: 02/09/2024, Categorías: Confesiones Autor: Victoria Maria, Fuente: TodoRelatos

    ... en volver a pasar por donde él estaba, me puse a pensar en como hacer para acercarme, sacarle conversación y entretenerme un rato.
    
    En mi tercera pasada por ese lugar, me desvié y empecé a caminar más cerca del agua y más lejos de él, a unos 10 metros aproximadamente.
    
    Me adentré en el mar hasta que el agua me llegó por encima de las rodillas, de tanto en tanto volteaba a mirarlo viendo si lograba captar su atención y efectivamente el seguía mirándome insistentemente. Salí del agua y me acerqué a él.
    
    Hola…, volví a decirle…, tenés una toalla que me prestes ¿?.., le pregunté.
    
    Note que se puso nervioso…, si señora me contestó mientras metía la mano en la mochila sacando una toalla que me entregó amablemente extendiendo su brazo.
    
    Comencé a secarme las piernas de una manera insinuante esperando alguna reacción y le fui sacando conversación.
    
    Sin pedirle permiso, extendí la toalla sobre la arena y me senté sobre ella.
    
    Lo primero que hice fue preguntarle cuantos años tenía, ya que por su cara de niño y complexión física daba la impresión de tener la edad de uno de mis hijos…
    
    Estuvimos conversando casi una hora, durante la cual me contó que tenía 19 años, que era de Lomas de Zamora, que estaba ahí desde el sábado y que lamentablemente tenía que regresarse. Al preguntarle cual era el motivo, me dijo que se había quedado sin dinero y no sabía como hacer, incluso que ese día ni siquiera había comido.
    
    Mientras me decía todo eso yo lo miraba fijamente. Era ...
    ... flacuchento, nada del otro mundo y una carita de niño muy angelical por cierto. Me provocó mucha ternura su manera de expresarse, sobre todo cuando me confesó que su mamá no le podía enviar dinero para comprar el pasaje de regreso…, estaba muy angustiado.
    
    A decir verdad por su apariencia, no era el tipo de chico/hombre que busco para coger, pero bueno, era lo único que había en ese momento…
    
    Se me ocurrió decirle que yo estaba ahí con mi “papá”, que nos íbamos a quedar hasta el viernes y lo invité a quedarse en la casa.
    
    Y por el regreso no te preocupes, nosotros te llevamos, total nos queda de paso…, le dije al final
    
    Creo que fui demasiado impulsiva e insistente…, empezó a desconfiar y a hacerme preguntas…
    
    Me preguntó mi edad, si era casada, si tenía hijos y en que parte de Buenos Aires vivíamos…
    
    Le contesté con la verdad en todo…, menos en una cosa.
    
    La edad no se la oculte…, tengo 42 años le contesté…
    
    Lo de los hijos también fue cierto…, tengo dos hijos entrando en la adolescencia y respecto al lugar en donde vivía, también le dije la verdad…
    
    Pero cuando me tocó contestarle sobre mi estado civil, no se por qué se me ocurrió decirle que hacía seis meses que mi marido me había abandonado, dejándome sola con mis dos hijos y por eso ahora vivíamos con mi “papá”…
    
    Su cara y su actitud cambiaron cuando le mencioné esto último, como que trataba de solidarizarse conmigo y por supuesto me aproveché de esa situación.
    
    Comencé a victimizarme diciéndole una ...
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