En la costa, con un pendejo de 19 años (1)
Fecha: 02/09/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Victoria Maria, Fuente: TodoRelatos
... cantidad de cosas, esperando su reacción…
Que estaba triste porque mi marido me había cambiado por una chica mucho más joven.., que me sentía muy sola y que necesitaba el cariño de un hombre. Mientras le decía esto puse mi mano sobre su pierna…
El pibe se quedó paralizado…, por lo que inmediatamente retiré la mano.
Discúlpame por contarte mis problemas, pero estoy desesperada…
Tan solo se quedó mirándome…., no reaccionó como yo esperaba, así que me levanté y me despedí…
Bueno ya me voy…, mi “papá” debe de estar preocupado, la invitación sigue en pie, mi casa es la de allá, le dije señalándola y empecé a caminar…
En el trayecto me reía sola por la actuación tan convincente que había tenido…, aunque para ser honesta, no pensé que fuera a ir…
Llegué a la casa…, mi marido estaba levantado y ya tenía el agua caliente para tomar mate.
Sacamos las reposeras y nos sentamos en el jardín que da al frente.
Mientras conversábamos…, mi marido que me conoce a la perfección, notó que algo me pasaba y directamente me preguntó… qué hiciste que tenés esa cara ¿?
Nada, nada…, le contesté y me empecé a reír…, pero como siguió insistiendo le terminé contando lo que había pasado, aunque en realidad no había pasado nada.
Solo me dijo… ¡Vicky…, Vicky…, no cambias mas vos!.
Seguimos hablando de cualquier cosa y cuando ya estaba anocheciendo veo que el pibe con el que había estado hablando venía cruzando la calle…
Se notó mucho mi cambio de actitud…
Qué pasa ...
... Vicky ¿?..., preguntó mi esposo.
Nada…, nada…., ahí viene el pibe que conocí en la playa…, seguime la corriente…, le dije.
Lo único que alcanzó a decirme fue…,¡es un nene Vicky…!. y no hubo tiempo para decir nada más, el chico ya estaba parado en la puerta…
Hola señora…, saludó con cierto temor…
Hola como estás…, pasa…, pasa…, te presento a mi “papá”…
Acerqué una reposera y lo invité a sentarse junto a nosotros.
Le fui a buscar algo de tomar mientras mi marido lo bombardeaba a preguntas, comprobando todo lo que yo le había contado anteriormente.
Después de escuchar el relato del chico…, que dicho sea de paso también conmovió a mi marido…, respaldó el ofrecimiento que yo le había hecho.
No te preocupes muchacho…, te quedas aquí en la casa y nosotros te llevamos… De paso, mañana me ayudas a arreglar esa persiana que me está volviendo loco…
El pibe no sabía como agradecernos…, cuando se dirigía a nosotros lo hacía con un “si señor o si señora”, se notaba su alto grado de educación y respeto, algo no muy común en la juventud de hoy en día.
Le sugerí a mi marido que fueran a comprar comida y los dos salieron en la camioneta.
Aproveché esos minutos para acomodar algunas cosas…, entre ellas pasé mi ropa y mi bolso para el otro dormitorio en donde hay dos camas individuales. No era lógico que habiendo dos habitaciones yo durmiera en la cama de mi supuesto “papá”.
Para cuando ellos regresaron, todo estaba acomodado e incluso me había dado tiempo de ...