1. En la costa, con un pendejo de 19 años (1)


    Fecha: 02/09/2024, Categorías: Confesiones Autor: Victoria Maria, Fuente: TodoRelatos

    ... comentario que había dejado la puerta abierta para que pudiera espiarnos y ahí fue cuando me dijo que si bien en un momento había escuchado mis gritos, el sueño le había ganado y que cuando se levantó a las 6 de la mañana, después de mirarnos durante un rato cerró la puerta del dormitorio.
    
    Mientras tomábamos mate, me pidió que le contara lo que habíamos hecho y sobre todo lo que le obsesiona a mi marido es el tamaño de la pija de los tipos con los que estoy.
    
    Después de escucharme con mucha atención…, simplemente me dijo…
    
    Bueno…, bueno…, anda a despertarlo, así me ayuda a arreglar la persiana, que se gane la comida y la cogida…, no se va a llevar todo de arriba…, agregó riéndose.
    
    También me reí por el comentario y fui a despertarlo, cosa que me costó bastante ya que el chiquito estaba profundamente dormido.
    
    Comencé a llamarlo por su nombre y a moverlo con mi mano apoyada en su hombro..
    
    El pibe estaba tal cual yo lo había dejado cuando me levanté, boca arriba, con las piernas abiertas y como le ocurre a la mayoría de los hombres por las mañanas, con la pija parada…
    
    Durante esos minutos que tardó en despertarse me ví tentada a chupársela, pero solo se la acaricié y mientras la tenía entre mis manos, abrió los ojos…
    
    Se despertó totalmente sobresaltado y desorientado, tardó unos minutos en darse cuenta en donde estaba y lo que habíamos hecho…
    
    Tranquilo bebé…, no pasa nada…, está todo bien, le dije para calmarlo…
    
    Se tapó con las sábanas y ...
    ... me miraba fijamente sin saber que decir.
    
    Acaricié su mejilla y me puse de pié…, diciéndole…
    
    Levántate que mi “papá” te está esperando para que le ayudes a arreglar la ventana…
    
    Salí del dormitorio cerrándole la puerta para que pudiera vestirse.
    
    Estaba con mi marido en la parte de afuera de la casa, precisamente diciéndole que el pibe estaba nervioso, cuando lo vimos salir del dormitorio e ir al baño…, luego se reunió con nosotros…Tenía una cara de susto que no podía disimular.
    
    Sonriendo y para tranquilizarlo, mi marido lo saludó.
    
    Buen día muchacho…, cómo pasó la noche ¿?..., durmió bien ¿?
    
    Si…, si señor…, le respondió titubeando y mirándome a mi.
    
    Bueno me alegro…, voy a necesitar que me ayudes a arreglar una ventana…, le dijo.
    
    Siguiendo con la farsa…, intervine.
    
    Pero “papá”…, recién se levanta…, tiene que desayunar primero… Y diciendo eso fui a la cocina a prepararle el desayuno…
    
    La verdad que me esmeré bastante…, exprimí unas naranjas, le preparé café con leche y le serví en la mesa en donde estaba la bandeja con las facturas.
    
    Mi marido se quedó en el jardín arreglando unas plantas y yo me senté frente a él para hacerle compañía.
    
    Hablando en voz baja, generando ambiente de complicidad le pregunté como estaba…, como se sentía…
    
    Bien…, pero tengo miedo que su “papá” se de cuenta…, me contestó.
    
    Poniendo mi mano sobre la de él, volví a decirle…
    
    Quédate tranquilo…, mi viejo no sospecha nada…, yo me encargo de él…
    
    Vicky 
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