La captura de Letticia
Fecha: 29/09/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Catalina, Fuente: TodoRelatos
... en cuando, por otro lado no paraba de babear. También había esclavas que traían bebidas y comida a petición e incluso algunas de ellas servían cafés con su propia leche materna. Carlo pidió un café con leche y la esclava que se lo sirvió se pasó al menos 10 minutos llenándoselo mientras Carlo apoyaba los pies en el coño de Habiba e intentaba, por todos los medios, que le resultara incómodo seguir lamiéndole el ano. Carlo se tiró un sonoro pedo en su nariz y escuchó un quejido casi silencioso de la mujer árabe. Agradeció a la esclava tetona sus servicios con un escupitajo en la cara y una patada en el culo que la tiró al suelo sobre una mesa de cristal que se rompió en mil pedazos. Carlo levantó los brazos y la señaló cuando se percató de la mirada de la mujer que había sustituido a Habiba, ésta dijo algo a través de un aparato que llevaba metido en su pequeño bolsillo y al instante cuatro hombres salieron de unas puertas y comenzaron a golpear a la esclava con una especie de caña de bambú que llevaban mientras ella gritaba y lloraba. Acabaron arrastrándola por el suelo tirándole de pelo mientras dos empleados recogían los trozos de cristal del suelo.
Carlo se tiró otro pedo.
-Ahhh... gracias... gracias, Señor. Gracias, señor —dijo Habiba. Carlo se llevó la mano al vientre.
—Qué dolor de estómago. Será mejor que vaya al baño—dijo mientras se levantaba—Tú,sandnigger, guíame.
Habiba asintió levantándose e hizo una reverencia antes de darse la vuelta y caminar por un ...
... largo pasillo. Por todos los pasillos, en cada rincón, había esclavas utilizadas como lámparas. En una, incluso, había una pobre desgraciada boca abajo, con las piernas dobladas, atada y con un ramo de flores metido por el culo. «Bonita decoración», pensó Carlo.
Giraron a la derecha y Habiba le mostró un cuarto de baño con tres esclavas-urinario con la boca abierta e inclinadas y también varios cubículos. Carlo la miró, obviamente Habiba no quería entrar. La agarró del pelo y tiró para obligarla. Abrió la puerta de varios de los cubículos y vio que en todos ellos había esclavas-retrete colocadas de forma que su cara quedara justo debajo del culo del hombre que las utilizaba. Carlo eligió a una joven negra y se quitó los pantalones. Se inclinó sobre la negra que, al ver lo que se le venía encima, cerró sus ojos llorosos y abrió la boca. Habiba miró todo atentamente hasta que Carlo la azotó y señaló su polla flácida.
Habiba se resignó y, sin rechistar, se agachó y se la metió entero en la boca. Sabía a pis y se le revolvieron las tripas, pero estaba acostumbrada y no quería quedarse sin trabajo y, desde luego, sin el derecho de poder volar gratis que tenían las empleadas que cobraban el salario mínimo, mucho menos teniendo en cuenta que se encontraba en Sudáfrica y que acabaría teniendo que solicitar la ciudadanía convirtiéndose en un potencial objetivo de cualquier turista. Metió la lengua dentro del prepucio de Carlo y empezó a chuparle la polla, aún dormida. La esclava ...