Una Buena Ocasión 6 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 6

... y la empecé a bombear, con ella riendo y girándose para huir, diciéndome:

-No sé, no sé, me parece que me has estado tomando el pelo, sabes demasiado hijo.- me dijo vistiéndose rápida y mirando mi polla otra vez empalmada.

Quería lanzarse a comérmela, le había gustado la vez que le folle la boca, y su pobre coñito medio virgen ya no podía más. Pero el saber que podría venir más tarde a mi habitación, le alivio, y siguió en su papel de mama asustada y sorprendida.

-Mama, tengo 16 años, ¿Qué voy a saber yo?. - le dije lanzándome a sus pechos y mordiéndolos por todas partes, empujándole mi polla entre sus piernas y atrapándola contra la pared.

- ¡Mmmh! hijo, tienes 17 a dos meses de los 18, estas muy raro. - me dijo agarrada a mi cabeza sin querer que parara de comerle las tetas de esa manera, con mi polla frotándole el clítoris con fuerza hacia arriba. Casi baja la mano para mover la polla a su gusto, pero al final me empujó y salió huyendo del baño.

-Joder, como me ha puesto la mami, dije al verme en el espejo la cara de niñato cachondo, y la polla en alto.

Sali del baño y me quise meter en la habitación de Berta, pero sabía que la “mami” podría venir a por más. Esos movimientos después de correrse eran de querer más polla, y baje aún empalmado a fumarme un cigarro con una cerveza.

No sé el rato que estuvimos en el baño, pero ya era bastante tarde. Y al acabar, me fui a mi cama, notando la flojera en las piernas debiluchas de Damián, y la polla dormida ...

... y dolorida, pero sonriente. Era frustrante querer llevar mi ritmo con el cuerpo de un “Jovencito larguirucho”, que no se si hacia algún deporte, pero nadie me había preguntado por ello, y sospechaba que no. Y lo peor, era que no había descubierto bien el sexo. Suerte que mi mente controlaba bien la polla del chaval.

Lamentablemente quede KO enseguida, y al cabo de una hora vino su mama a por más polla, pero se fue, al ver como roncaba muy dormido y me tapo yéndose a dormir también, aliviada pero algo fastidiada, aunque su culo le recordó lo que le esperaba, y tardo un rato en coger el sueño, debatiéndose en venir a despertarme, o no.

Por la mañana me despertó un doloroso mordisco en la polla y una mano en la boca para tapar mi grito de dolor. Berta se me echo encima con las rodillas en los brazos, y me dijo muy enfadada:

-No me avisaste, ni me despertaste. Seguro que Lucia te buscó y te la tiraste. - me dijo enfadada, pero apenada.

-¿Qué dices cariño? Intenté despertarte, pero estabas KO, y bueno, yo también.- le mentí, llegándome el olor de su coñito y besando sus piernas.

-No sé, estas raro y ya no sé qué creerme, vi como mirabas a Lucia cuando se fue a dormir, no soy tonta, aunque lo parezca. - me dijo pajéandome lentamente, pero sin liberarme de sus piernas.

- ¡Joder Berta!, que te digo que no, va acércate un poco más, que huele muy rico. - le contesté lamiéndole las piernas.

-¡No! ¡Ay castigado!, estoy enfadada contigo. - me contestó como una niña ...