1. La tía de mis primos (parte I)


    Fecha: 10/10/2024, Categorías: Fetichismo Autor: Cazador_de_MILF, Fuente: CuentoRelatos

    ... en la vida. Sólo con pensar que Katy se masturbó con ese traje de baño y que lo dejó empapado para mí, me hacía acabar inmediatamente. Terminé viniéndome en el piso como tres veces seguidas.
    
    Luego empecé a escuchar que alguien gritaba mi nombre, pero yo quería quedarme allí para siempre rodeado de ese olor que me vuelve loco. Limpié todo como pude y salí. Lo primero que hice fue esconder el traje de baño en mi maleta. Decidí salir para ver a mi musa y apreciar lo que más tarde sería mío. Cada vez que la veía me invadían unas ganas de tenerla completamente desnuda frente a mí para poder hacerle de todo. Mientras analizaba cada detalle de su cuerpo, concluí que mi deseo sexual sería aún mayor si descubría que ella tenía la vagina sin rasurar y las areolas cafés y grandes. El olor y sabor estaban garantizados.
    
    Pasaron las horas, cenamos, y uno por uno se fueron todos a dormir. Yo, en la primera oportunidad que tuve, a eso de las 9 y media de la noche, me despedí de todos para “irme a dormir”. No hice otra cosa que masturbarme con Katy y su calzoneta color corinto. Puse más de 10 alarmas desde la 1 y media hasta las dos de la mañana por si me quedaba dormido. Pero mis ganas de tener a Katy eran tantas que me mantuve despierto todo el tiempo.
    
    Inspirado por algunos videos pornográficos favoritos (en los que alguien se coge a la mamá de su amigo u otra madura) decidí que iba a ser yo quien tomaría el control de la situación. Si Katy me sorprendió en la cocina después del ...
    ... almuerzo, yo la sorprendería el doble. Decidí que le hablaría sucio y que le confesaría que llevaba años queriendo probarla, así como mi fascinación por esa tanga tejida color celeste y ese calzón rojo con blanco con los que tanto ansiaba masturbarme. No iba a guardar absolutamente nada; “sin filtros” me dije a mí mismo. Tenía que demostrarle que era mi musa y que estaba dispuesto a ser su esclavo sexual. Pero al mismo tiempo, decidí que iba a “jugar” con ella; no me iba a lanzar como desesperado hacia su vagina, sino que iba a tomar las cosas con calma para que ella fuese quien me pidiese más. En fin, nada como el poder de una primera buena impresión, pensé.
    
    Salí hacia el rancho a la 1:50. Como había predicho Katy, no había nadie despierto. Estaba todo apagado, a excepción de una luz que alumbraba el camino hacia el rancho. Llegué al rancho y me senté en un sillón a esperarla. Con el celular en la mano esperando a que dieran las 2, mi corazón estaba a punto de explotar. Era la 1:59 am cuando vi una sombra salir de la casa en dirección al rancho.
    
    Sabía que era ella, puesto que memoricé su forma de caminar durante toda la tarde. La vi entrar al rancho y dijo con una voz muy callada, “pensé que no iba a venir”. En ese momento, un ímpetu sexual que nunca había experimentado se apoderó de mí. No dije nada. La tomé de la mano y la llevé al sillón más lejano que había. Ella tenía puesto un pijama muy sexy: un short bastante corto y una camisa de tirantes. Era evidente que no ...
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