-
La tía de mis primos (parte I)
Fecha: 10/10/2024, Categorías: Fetichismo Autor: Cazador_de_MILF, Fuente: CuentoRelatos
... tenía puesto nada debajo, sus pezones grandes la delataban. Antes de que se sentara en el sillón, la jalé hacia mí para que sintiera la erección que tenía en mis pantalones. “Como me pidió, me la voy a coger toda y la voy a embarrar en semen. Espero que esté preparada para sentir cosas que su esposo jamás le ha hecho sentir” le dije al oído mientras le presentaba a mi lengua. “Que rico, por favor” fue su respuesta. Nos comenzamos a besar apasionadamente durante unos 5 minutos. En ese tiempo le comencé a sobar las tetas. Ella intentó desvestirse, pero la detuve. “Eso lo hago yo” le dije. Le quité la camisa y vi las mejores tetas que he visto en mi vida. Grandes, naturales, con areolas grandes y cafés. Empecé a replicar el movimiento circular que ella me había hecho en el pene antes ese día usando mis dedos pulgares en sus pezones. Sus tetas eran suavecitas pero sus pezones estaban durísimos. Empezó a gemir. Luego comencé a besarla entre las tetas mientras sostenía cada una con mis manos. Poco a poco, tomaba turnos para besar sus ricos pezones. Comencé a lamerlos detenidamente. “Así, siga así, por favor” me decía. Empecé a morder suavemente y a succionar. Sus respiraciones aumentaron y mientras gemía decía “hmm, que rico, no pare”. Bajé lentamente mi mano derecha hacia la fuente de mis mayores deseos sexuales. ...
... Cuando pasé mi dedo medio sobre su short me di cuenta de que estaba completamente húmedo. Regresé a besarla en la boca y cuando menos sintió, la empujé para que se acostara en el sillón. Me vio sorprendida pero fascinada. Me acerqué a su oído y le susurré, “hace años le robé un calzón cachetero y descubrí el olor más rico y excitante del mundo. Desde ese entonces no hay cosa que desee más que lo que estoy a punto de hacer”. Empecé a besarla en el cuello mientras me dirigía hacia abajo. Sus respiraciones y gemidos incrementaron. Ella tenía las piernas completamente abiertas. Yo agarré la parte posterior de sus muslos y comencé a besarle el ombligo. Su olor se empezaba a asomar. “Soy toda suya. Hágame lo que quiera” me dijo. Me hice un poco para atrás en un intento de apreciar el panorama y pude ver cómo el short estaba partido por una franja vertical que dividía sus inflamados labios vaginales. Puse mis manos en sus caderas e introduje mis dedos dentro del elástico de su short. Ella levantó un poco su cuerpo para que yo pudiera remover rápidamente ese pedazo de tela que yo quería arrancarle. El olor de Katy se hacía cada vez más presente y yo comencé a excitarme como nunca. Empecé a ver un poco más debajo de su ombligo cuando me dijo “solo le advierto que no me he rasurado en mucho tiempo”. “Mejor”, respondí. Continuará…