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Echo una mano al mejor amigo de mi marido
Fecha: 11/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
... buscaba algo más que mostrarse agradecido, así que no quería montarme películas. Una de mis dudas quedó resuelta en cuanto pasó a buscarme a casa. Ernesto me estaba esperando con un cochazo que valía más de lo que yo ganaba en varios años. Me abrió la puerta para que subiera y condujo hasta el restaurante, tan lujoso como había visto en internet. Me abrumó tanta ostentación de poderío económico. - Parece que te ganas bien la vida. - Sí, pero no es mérito mío, mi padre me dejó una empresa que iba sola. - Y aun así te matas a trabajar. - Eso era antes, estoy aprendiendo a delegar en mis empleados. - Sabia decisión, si quieres llegar a viejo. - ¿A ti te gusta tu trabajo? - Sí, aunque a veces lo mandaría todo a la mier... muy lejos. - No te cortes, mujer... ¡A la mierda! - Son demasiadas las en el hospital. - Pero lo tuyo debe ser vocacional. - Sí, pero también lo sería con menos horas y más dinero. - ¿Qué harías si no fueras enfermera? - Nunca me lo he planteado. Lo que más me impresionó de Ernesto no fue su dinero, sino que se pasó la noche haciéndome preguntas y escuchándome, en vez de hablar de sí mismo, cosa bastante habitual en todos los que se creían superiores por tener una vida acomodada. La noche pasó volando y cuando me llevó de nuevo a casa y me preguntó si quería que nos volviéramos a ver le contesté con un sí rotundo. A partir de aquella noche comenzamos a salir de forma habitual. Es solía esperarme a la salida del ...
... hospital y me llevaba a comer o cenar, según cuando terminara mi guardia. Después siempre me llevaba a casa, con esa educación que lo caracterizaba. Empezaba a sentir más que curiosidad por él, así que esperaba que se atreviese a dar el siguiente paso. Llevábamos ya más de un mes saliendo cuando me di cuenta de que si no me lanzaba yo él jamás se atrevería a darme ni un simple beso. Una de las veces que me llevó a casa le pedí que subiera conmigo. Quizás mi piso era una birria comparado con lo que él podía permitirse, pero me gustaba tenerlo allí, sentir que ya empezaba a formar parte de mi mundo. Esa misma noche ya fui a por todas. Después de besarlo le dije que podía acompañarme a mi habitación y allí nos devoramos en uno al otro. Mientras las prendas iban cayendo me di cuenta de que Ernesto estaba muy nervioso, así que traté de tranquilizarlo, no fuese que volviera a desmayarse. En cuanto me la metió me di cuenta de que sus nervios se debían a la falta de práctica sexual. No estuvo ni siquiera cerca de llevarme al orgasmo, pero no me importó. Ernesto lo compensaba con su educación, buen trato y sobre todo con la promesa de aprender a moverse en la cama. Cuando comenzó a convertirse en algo bastante serio tomé la decisión de contárselo a Inma, aun sabiendo que su reacción no iba a ser nada buena. - Ya era hora de que te dignaras a quedar. - Sabes lo liada que estoy con el trabajo. - Nos dedicamos a lo mismo y a mí me sobra tiempo para divertirme. - Yo es ...