Echo una mano al mejor amigo de mi marido
Fecha: 11/10/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
... que tengo ahora otros asuntos.
- ¿A qué te refieres?
- Sé lo que vas a decir, pero la cuestión es que tengo novio.
- Joder, Malen, sabía que ibas a acabar cayendo.
- Necesitaba tener algo estable en mi vida.
- ¿Te has enamorado?
- Bueno, estoy en ello.
- ¿Cómo folla?
- Le pone mucha voluntad.
- Vamos, que no te hace ni cosquillas.
- El sexo no es lo más importante.
- ¡Menuda tontería! ¿Tiene dinero?
- ¿Cómo dices?
- Al menos tendrá pasta, ¿no?
- Pues la verdad es que sí.
- Entonces no lo dejes escapar, pero mientras tírate a otros.
- Eres un desastre dando consejos, Inma.
Por mal que reaccionará Inma, sabía que lo siguiente que tenía que ocurrir era que los presentara. Quizás cuando mi amiga conociera a Ernesto y viera lo buen tipo que era cambiase de opinión. No tenía demasiadas esperanzas en que eso ocurriera, pero, conociéndola, me conformaba con que no intentara tirárselo.
Aplacé tanto ese momento que antes acabó llegando otro. Resultó que Ernesto también tenía un mejor amigo con el que había vivido mil aventuras desde su infancia. La diferencia conmigo era que él sí que estaba deseando presentármelo. Así que quedamos para cenar en casa de mi novio, donde yo ya pasaba la mayor parte del tiempo.
- ¿Cómo debo llamarle?
- Se llama Enrique, pero siempre lo he llamado Kike.
- ¿Y a su mujer?
- Tranquila, Malen, todo va a ir bien.
- Es que quiero causarles buena impresión.
- No te preocupes, les vas a ...
... encantar.
- ¿Son también ricachones como tú?
- Qué va, tienen una papelería.
- Veo que siempre te ha gustado relacionarte con los pobres, no soy una excepción.
- Muéstrate así de graciosa y todo irá genial.
Tras haberlos conocido podía decir muchas cosas de Kike y su mujer, pero sobre todo que eran la pareja perfecta. Nunca había visto a dos personas tan enamoradas, que no pudieran estar ni diez segundos sin demostrarse lo mucho que se querían. Gracias a ellos me di cuenta de que yo realmente deseaba algo así en ese momento de mi vida.
A raíz de aquello me solté por completo y mi relación con Ernesto comenzó a avanzar a toda velocidad. En cuestión de semanas ya estaba instalada de manera permanente en su enorme casa y a los pocos días de estar allí me pidió que me casara con él. No vi ningún motivo para decirle que no, así que el enlace era inminente.
Eso hizo que ya no me quedaran más excusas para retrasar el encuentro entre el que iba a ser mi marido e Inma. Parecía estar escrito que ninguno de los dos se iba a caer demasiado bien, pero disimularon por mí. Ernesto, ajeno a que yo había sido prácticamente igual que ella, no entendía que me pudiera relacionar con una mujer así. Mi amiga también se hacía cruces, pero me animó a casarme por el dinero.
El día de mi boda fue el más bonito y emotivo de mi vida. Ernesto hizo un importante desembolso económico para que todo saliera a la perfección. Aunque esa fue su última contribución a nuestra relación. A partir ...