Chantaje a mi puta perra (XIX) - Relatos Eróticos

Chantaje a mi puta perra (XIX)

... lo saco, le engancho una cadena al collar que llevaba puesto, del cual tampoco me había dado cuenta.

Al entrar en el cuarto me desnude, mientras que Lu y Yolanda también lo hacían aunque estas solo se tenían que quitar la braga y el sujetador, la cama aunque no era pequeña sí que iba a resultar justa para los tres. Lo bueno que la temperatura era agradable, incluso hacía más calor de la cuenta.

-Si sabes donde tiene tu hermana la ropa de la cama, busca algo para echarlo al suelo perra, hoy vas a dormir en el suelo.

-Lu. -Si amo, ahora mismo.

Me tumbe en la cama boca arriba.

-Quiero follarte putita, súbete y métetela.

Dio un salto en la cama y con ganas se la metió de golpe.

-Uf, que buenas estas, (se lo decía mientras martirizaba sus ya duros pezones), quiero sentirte perra, quiero que te corras.

-Yolanda. -Aggg, llevo dos días deseándolo, amo, uf, úseme, préñeme también, soy suya, ag, me corro.

Conforme lo hacía y sin que terminase de convulsionar, la aparte, la tumbé a ella y besando cada milímetro de su cuerpo, pero sin dejar de pinzar con mis dedos sus pezones, fui bajando hasta llegar a su coño…

-Perra, a la cama, ponle el coño en su boca.

Estaba de rodillas en la cama observando cómo me follaba a Yolanda, se le ilumino la cara, y en un segundo ya tenía su coño en la boca de Yolanda, que no paraba de gemir al sentir mi boca en el suyo, que martiricé, mordí, lamí, hasta arrancarle dos o tres orgasmos seguidos, al igual que le pasaba a Lu, ...

... que no paraba de decir que se corría, no quería dejarlas parar, dejé de comerle el coño y la puse a cuatro patas.

-Sigue comiéndole el coño, voy a follar tu culo perra.

La arrastre hasta el filo de la cama, poniéndome de pie, y mientras veía como Lu se acomodaba de tal forma que le fuera más fácil a Yolanda seguir con su comida, de un golpe seco y duro se la metí, no sin trabajo, aunque Lu al darse cuenta, la agarro del pelo con fuerza no dejándola despegarse de su coño, lo que evito que se sintiera el grito que soltó, pues estaba menos lubricado que cuando se lo desvirgue bajo la ducha. Durante más de diez minutos, lo que la llevo a correrse varias veces más, lo mismo que Lu, estuve entrando y saliendo de ella con fuerza, mientras mis manos se perdían en su coño, terminando empapadas, hasta que soltando un gemido me corrí en ella, dejándome caer en la cama. Lu separándose de ella se fue al suelo, pero acerco su boca a una de mis manos y saboreo el coño de Yolanda, que al ver a Lu, hizo lo mismo con la otra mano.

-Ahora a dormir.

No dije más pues pegándome a Yolanda me quedé dormido.

A las ocho de la mañana y antes de que sonara el despertador de mi móvil, salte de la cama, con cuidado de no despertar a Yolanda ni a Lu, que estaba durmiendo sobre una pequeña alfombra en el suelo.

Me fui a la cocina, siguiendo el olor a café recien hecho, encontrándome a Ana totalmente desnuda excepto las medias, pero olía a limpia, dándome cuenta de que tenía el culo rojo, y ...