Viuda deprimida, madura agradecida
Fecha: 24/10/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
Se supone que debemos hacer el bien sin mirar a quién, pero a veces es bastante complicado saber si lo que para nosotros parece una buena obra también lo es para la persona que la recibe. Aun así, intenté regirme siempre por los códigos de conducta que mis padres me habían inculcado desde que tenía uso de razón.
Intentar ser el mejor ciudadano posible no me convertía en alguien especial, simplemente en una persona normal y corriente que vive con la conciencia tranquila. Puede que durante ciertas etapas de mi vida, especialmente la adolescencia, no siempre me comportara de la mejor manera, pero llegué a la edad adulta siendo un muchacho bastante responsable.
A los veintipocos años no tenía nada que pudiera indicar que había triunfado, pero todo lo que poseía era por mérito propio. Tenía un buen trabajo como ingeniero informático, conseguido gracias a muchísimas horas de esfuerzo y sacrificio. Eso me costó gran parte de mi vida social, no tener tantos amigos como me hubiera gustado o muchas experiencias con chicas, aunque esperaba que eso comenzara a cambiar.
Una vez asentado en mi trabajo, el siguiente paso que quería dar era independizarme, pero debía confesar que me estaba costando mucho alejarme de la comodidad que supone vivir con los padres. Pensaba que con un piso propio, o al menos de alquiler, tendría el espacio que necesitaba para poder intimar con mujeres.
A decir verdad, la idea de vivir solo no era algo que hubiese surgido de un día para otro. Llevaba ...
... madurándolo desde el momento en que me fijé en una compañera de trabajo. Pensaba que si en algún momento tenía el valor de acercarme a ella, cosa probable debido a mi timidez, sería mucho mejor poder decirle que tenía mi propia casa.
Por suerte o por desgracia, quien sí se acercó a mí fue Derek, un compañero que no paraba de hablar y me comía la cabeza para que le declarara mis sentimientos a ella. Estaba bien tener a alguien con quien conversar, sobre todo porque compartíamos la misma pasión por nuestra profesión, pero su verborrea solo me podía llevar a acabar precipitándome.
- Yo ya le hubiese propuesto una cita.
- Pues te habría rechazado, igual que hará conmigo.
- Con esa falta de confianza seguro que sí.
- Las chicas nunca han sido lo mío.
- ¿Eres virgen?
- No, de jovencito era un poco más lanzado.
- Vas a tener que recuperar ese espíritu o no vuelves a meterla.
- Qué fácil lo ves tú todo.
- Porque lo es, Bran.
- ¿Qué harías en mi lugar?
- Llegaría una mañana y con toda la confianza empezaría a hablarle.
- A esas horas aún estoy reventado por el madrugón.
- Tampoco entramos tan temprano a trabajar.
- Ya, pero yo tengo que coger el metro y después un autobús.
- ¿No tienes coche?
- Ni coche ni carnet de conducir.
- ¿Por qué no? Tenemos un buen sueldo, te lo puedes permitir.
- Prefiero no contribuir a la contaminación del planeta.
- Me lo pones muy difícil, tío.
Sabía que con un coche podría dormir una hora más ...