Viuda deprimida, madura agradecida
Fecha: 24/10/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
... caricias comenzaron siendo tan suaves como las mías, pero se animaron de inmediato. En cuestión de un par de minutos, Felicia frotaba con fuerza el bulto de mi entrepierna, haciendo que ni temperatura se elevara todavía más. Pensaba que iba a provocar que me corriera sin necesidad de rozarme la piel, pero entonces me bajó la cremallera del pantalón y me liberó la polla.
De forma casi involuntaria le apreté con fuerza el pecho cuando comenzó a bombear. Sus cálidas manos sabían cómo manejar mi falo, cómo darme placer sin sacar su lengua de mi boca. Mi única preocupación era aguantar lo máximo posible para que no pensara que era un niñato me diese la oportunidad de seguir explorando su cuerpo.
Pero su evidente experiencia manejando vergas no me lo iba a poner nada fácil. Subía y bajaba a toda velocidad para después parar y seguir muy lentamente. Justo esos cambios de ritmo eran lo que me estaba volviendo loco, lo que provocaban que estuviese al borde del orgasmo. Felicia debió darse cuenta de lo mucho que estaba sufriendo para intentar aguantar, por eso me susurró al oído que podía terminar.
Me quedé completamente quieto, no podía hacer nada más que jadear de placer mientras ella daba unos últimos toques de muñeca que me hicieron eyacular como no recordaba haberlo hecho nunca. Mi semen manchó la blusa de Felicia, aunque a ella no ...
... pareció importarle lo más mínimo. En ese momento me sentía en la gloria, pero quería más.
- ¿Te sientes mejor?
- Esto me hace ver la vida de otra manera, desde luego.
- Me alegro de verte sonreír al fin.
- Ahora quiero ayudarte yo a ti.
- Hoy no puede ser, pero te prometo que pronto lo haremos.
No sabía si Felicia pasaba a ser mi novia, una amiga con derecho a roce o qué, pero con una simple paja había hecho que recuperara la alegría perdida. En casa intenté disimular la felicidad, porque iba a ser difícil explicarle a mi madre que había empezado algo con una mujer que no tenía muchos años menos que ella.
En el trabajo intenté lo mismo, pero no tuve tanto éxito. Por mucho que tratara de evitarlo, Derek parecía un experto en detectar mis estados de ánimo. Tras mucha insistencia, accedí a confesarle que estaba conociendo a alguien. Aunque reaccionó mucho mejor de lo esperado, esa no era la sorpresa que me deparaba el día. A última hora, esa compañera que tanto me había gustado se acercó a mí.
- Bran, ¿puedo decirte una cosa?
- Sí, claro.
- En realidad no tengo novio.
- Tranquila, sé que te lo inventaste para no tener que rechazarme.
- Si me volvieses a proponer una cita no pondría ninguna excusa.
- ¿Estás diciendo que quieres salir conmigo?
- Estoy disponible para ti, en todos los sentidos.
Continuará...