Mi madre y yo, de vacaciones en la nieve
Fecha: 13/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... con furia mordiendo mis labios, se acercó hasta que su pecho quedó a la altura de mi boca elevando la erección que sufría hasta el máximo.
—Que polla más dura tienes.
—Tú tienes la culpa. ¿Cómo estás tú?
—Deseando que me folles niñato —respondió mi madre con una voz que recordaba a la chica del exorcista.
Ya estaba descontrolada. Mientras gemía buscaba mi boca, reclamándome besos. Su confesión me había provocado una erección increíble. Que cuerpo más hermoso tenía.
Me subí encima de ella y con un ritmo pausado y continuo traspasé la entrada al paraíso de su coño. Fui entrando y saliendo de ella a la vez que sus gemidos iban subiendo de intensidad. Abrió su sexo a mi polla como antes había abierto su boca a mis labios. Lo quería todo, follar y besar, iba acelerándose, mientras yo trataba de frenarla, para alargar el polvo. Su sexualidad la desbordaba era brutal ver a mi madre siendo empotrada. Cuando mantuve sobre ella una galopada tan salvaje como la de Caballo Loco frente al General Custer, no pudo aguantar y se corrió.
—Uff estoy desentrenada.
Cuando traté de apartarme, acostumbrado a eyacular fuera por el miedo a dejar embarazada a la chica, ella me retuvo.
—Córrete dentro cabrón, ya no puedo quedarme embarazada.
Animado por su orden, aceleré mis movimientos, desplegando mis manos por todo su cuerpo. Su pecho se mantenía extraordinariamente firme, y su piel era suave como la de una veinteañera. La oí gemir de nuevo y sintiendo que mis fuerzas ...
... se agotaban, apreté su clítoris con mis dedos, hasta oírla gritar de nuevo.
No tenía ninguna prisa en que terminara la noche, me sentía excitadísimo. No era un polvo de aquí te pillo, llevábamos toda la semana acercándonos como si fueran juegos preliminares. Perforé y perforé el pozo de la vida hasta que no pude más y exploté en un chorro de semen que inundó su vagina. Disfruté de un orgasmo brutal. ¡Qué sensación de placer!
—Uff. Ha sido increíble —grité..
Sus gemidos se prolongaron hasta después de que yo hubiera terminado de eyacular. Me dejé caer relajado, imaginando que ya había cumplido pero mi madre no se conformaba, se arrastró hasta llegar a la altura de mi polla, la cogió con sus manos y comenzó a chuparla como si tuviese un helado en su boca, mientras con sus manos acariciaba mis genitales.
—Mmm que rica, quiero verla resurgir.
Estuvo un tiempo jugando conmigo dejándome reposar y activándome de nuevo.
—Que zorrona eres mami.
Al ver tan puta a mi madre, comiéndome la polla después de ser follada, me excitó tanto que en unas cuantas mamadas mi polla estaba preparada para salir de nuevo al escenario.
—Juventud divino tesoro —exclamó victoriosa al ver la erección.
Se enredó el pelo con las dos manos, cambiando ese peinado lacio por uno más asalvajado. Se sentó encima de mí, cogió mi polla con sus manos, se la introdujo entera y comenzó un ligero balanceo que fue incrementando paulatinamente. Estaba totalmente liberada, ya había dejado atrás ...