Mi madre y yo, de vacaciones en la nieve
Fecha: 13/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... en la City en un banco de inversiones...
—¡Lo que me estoy perdiendo de tu vida!
—Y tú mamá, ¿has salido este año con algún chico joven? —sonreí picarón.
—¿Qué preguntas son esas a una madre? —Me guiñó un ojo—. Estoy libre, pediré un novio como mi deseo para el próximo año, con las uvas del día 31.
—En verano, en Marbella, cuando tenía 17, 18 años, hablábamos de madres de amigos. Tú eras un sex simbol para el grupo.
—Ya lo notaba, eráis muy ingenuos. Pero sé que no era la única —sonrió. Me abrazó y me dio un casto beso en la cara—. ¿Y sigues todavía con esas ideas? ¿O me has cambiado por Catalina? Te vi como tonteabas con ella. ¿Te gusta más que yo?... —dejó en el aire haciéndose la enfadada.
—¡A quién no le gustaría una mujer así! Pero ninguna como tú, siempre serás la diosa de mi juventud.
—Menudo zalamero. Pero es cierto que me han encantado las dos salidas en el papel de «amigos».
—Déjate de rollos mamá. Hemos salido de ligue, a ti se te veía feliz. Y te has quedado con todos, vacilando con que te había invitado a casa. Se morían de celos de nosotros.
—¿No es verdad que me llevas a tu casa? Creéis que solo los jóvenes podéis ser atrevidos —replicó muerta de risa, sin señal de haberse molestado.
La situación se estaba haciendo muy excitante. Yo volvía a recuperar aquellas fantasías de juventud, cuando me sentía muy atraído por ella. Sería cuestión de mover las piezas del tablero inteligentemente.
Al entrar en casa, seguía todavía con la ...
... misma cantinela.
—Mis amigos creían que íbamos a dormir juntos —dejé caer.
—Te dejo que les cuentes lo que quieras.
—Pero me has enseñado a no mentir.
—¿Quieres dormir con tu mami, como cuando tenías 5 años?
—De esa manera no...—le dije acercándome y repitiendo el beso que le di en la pista de baile.
Tardó un minuto en reaccionar.
—Sergio, ya está bien. Vete a dormir, mañana estarás más despejado.
Al día siguiente desperté con desayuno preparado. Me acerqué a ella y le di un cariñoso abrazo. Estaba desarreglada, vestida de andar por casa, medio despeinada.
—Siento haber perdido el glamour de anoche. Si me vieran tus amigos ahora no darían ni un euro por mí.
—Tu glamour es genético, no depende de cómo te vistas. Estás guapísima.
—Eres todo un seductor...
—Si no hubieras sido mi madre, anoche... —le solté en un tono que no dejaba dudas.
Se quedó mirándome. Pasó sus dedos por mi revuelto pelo. Sonrió.
—¡Vaya con el nene! ¡Quién me lo iba a decir!
—¿Eras consciente de que me provocabas?
—Sí. Quería saber cómo reaccionarías.
—Lo podemos repetir —dejé caer.
—James Bond decía...Nunca digas nunca jamás.
—¿Eso es un sí o un no?...—quise que se mojara con una respuesta concreta sin conseguirlo.
Desde anoche, mi percepción de ella ya no era exclusivamente la de madre. Salir con ella de copas por la noche y haber insinuado que me la llevaba a la cama delante de mis amigos, había cambiado mi perspectiva de ella. Había despertado mis ...