Mi madre y yo, de vacaciones en la nieve
Fecha: 13/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... piquito, esta vez mucho más prolongado.
—Hasta mañana mami.
Al día siguiente repetimos las pistas fáciles por la mañana pero la noté muy mejorada esquiando y la obligué a acompañarme a una pista roja que no era de gran dificultad. Bajamos juntos, como si fuera su escolta, animándola en cada giro. Al llegar nos fundimos en un abrazo de victoria.
Por la tarde le sugerí repetir con el monitor porque aun tenía que mejorar la técnica, pero le advertí.
—Y no aceptes su invitación para esta noche, tienes una cita conmigo.
Cuando coincidimos en el hotel, mientras nos arreglábamos, comentamos su clase y se rió.
—¿Como sabías que me iba a proponer salir esta noche?
—Porque estás preciosa y alterada y ese cabronazo de profesor tiene mucha experiencia de alumnas en tu situación.
Me informé bien de un restaurante que había a dos kms de nuestro hotel. Le dije que debíamos ir un poco mejor vestidos que por la estación. Mi madre no me pidió que mirara para otro lado o que abandonara la habitación, salió de la ducha y se cambió delante de mí. Descubrí que mantenía una preciosa figura para su edad, con pechos encorsetados en un sexy sujetador, firmes y menudos. Yo sabía que era muy hermosa, pero visto en ese contexto, su precioso cuerpo me pareció tremendamente sexy.
—¿Te gusta esto? —me preguntó siguiendo nuestro juego, embutida en un elegante traje pantalón negro, de cuello alto y unas botas altas también negras.
—¡Estás preciosa mami! —exclamé, obligándola ...
... darse la vuelta sobre sí misma, a modo de modelo—. Te sienta de maravilla.
—Me aprieta un poco.
El conjunto era espectacular y le quedaba genial, realzando todas sus formas, marcando las curvas de su cuerpo. Se maquilló un poco, no era de mucha pintura. Se acercó a su joyero, eligió una gargantilla de bisutería muy mona y unos pendientes a juego.
El restaurante era de lujo, la edad de los comensales muy superior a la mía y casi a la de mi madre. Miró a su alrededor para comprobar el entorno tan variado.
—Afortunadamente no conozco a nadie en este lugar.
—Ante cualquier conocido, usaremos el comodín de que somos madre e hijo.
Estaba tan bella que me parecía un desperdicio que no tuviera a un hombre entregado a hacerla feliz.
Pedimos unos entrantes fríos variados para compartir mientras seguíamos nuestra batalla dialéctica-emocional. Tras dar el ok al camarero respecto del vino, nos sirvió las dos copas.
—Por mi hijo, tan pendiente de su madre.
—Por la señora más espectacular de Baqueira! ¡Carpe diem! —rematé.
Chocamos las copas. Mi madre ya había perdido parte de la inseguridad que la situación generaba.
—Olvidando lazos familiares... Me atraes mucho —continué mi asedio.
—Me siento muy halagada y mimada.
Las cartas estaban sobre la mesa, solo debía desarrollar la estrategia con tacto, se encontraba predispuesta a dejarse convencer de ser follada por su hijo.
Con el segundo plato, pescado a compartir entre los dos y una segunda botella de ...