Córdoba, montañas, cascadas y sexo (madre e hijo)
Fecha: 21/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
... sobre sus cuatro miembros ofreciendo generosamente su sexo, el que seguí hurgando con mi curiosa lengua que se tentó y no dejo pasar por alto el esfínter anal, que latía a cada pasada.
- Por favor ya métela, la deseo adentro.
- Si quiero poseerte, hacerte el amor.
- ¡¡¡Ya!!! No aguanto más quiero tu verga dentro de mí y quiero que me digas cosas sucias, trátame como la perra que estoy descubriendo que soy.
Tal cual me lo pidió, introduje sin impedimento mi miembro usando palabras soeces que la excitaban, haciendo mover aún más sus caderas acompañando mis movimientos, por momentos giraba su cabeza de largos rizos dorados mirándome a los ojos con una cara de lujuria total. En una de esas miradas con sus ojos color cielo le aplique un par de nalgadas, su boca se abrió, los ojos se pusieron casi en blanco teniendo un orgasmo espectacular.
- Si hijo de mil putas, dame más fuerte, me convertiste en una perra, cógeme duro con esa enorme poronga lléname, hoy quiero mas mucho más, quiero que me hagas descubrir todo lo que me perdí, soy tu madre y te lo ordeno, haceme todo lo que creas tengo que aprender.
- Pero mama…
- Ningún pero, soy toda tuya y vos sos todo mío, vas a hacer ...
... todo lo que yo quiera.
Me hizo acostar de espaldas y puso su entrepierna en mi rostro para que le vuelva a chupar su sexo, que chorreaba mi cara y boca con sus jugos e inclusive mi semen, que por primera vez en mi vida estaba probando, cosa que la combinación no me disgusto. Luego de unos breves minutos tuvo una descarga de líquido que casi me ahoga, como estaba gimiendo y gritando ni se enteró.
Me pidió disculpas pensando que se había orinado, le explique y ambos reímos.
Caímos rendidos, hablamos mucho de lo sucedido, dejándome en claro que a partir de hoy sería su esclavo sexual, lo haría cuando, donde y como ella quisiera y que hoy quería probar como era hacer sexo anal, la pude convencer que lo hagamos en otro momento, para poder tener una buena experiencia, cosa que acepto de buen modo pues entendió que no quería que fuera una cosa a la ligera y debía surgir no programar.
Los nueve días restantes fueron a puro sexo, inclusive en el viaje de regreso, me hizo detener para tener sexo a la luz de la luna en la vera del camino.
Ya cerca de casa me dijo…
- Manu, hijo, hoy es el día donde comienza una nueva etapa para nosotros, hoy es el primer día del resto de nuestras vidas.