1. Mateo y su hija prostituta.


    Fecha: 10/12/2024, Categorías: Incesto Autor: koldo1980, Fuente: RelatosEróticos

    ... pequeñas gotas de saliva.
    
    -Perdona, papá. Tengo la boca muy seca.
    
    Le hizo saber con un hilo de voz acomplejado. Mateo, en respuesta, se limitó a aferrarla del cuello y a guiar su cabeza hacia la suya, enfrentándola con una mirada colmada de rabia contenida. Le dolió en su ego masculino que el paladar de su hija no se le hubiera hecho agua delante de aquel pollón que calzaba y por el que muchas otras mujeres -y hombres- suspirarían.
    
    -Ábrela, vamos.
    
    Un sonoro escupitajo de Mateo invadió la boca de aquella que de inmediato acató su orden. Sorprendida por ello, y con una mueca de asco en el rostro, la muchacha volvió a inclinarse para derramar sobre la verga de su padre la saliva con la que éste le había colmado la boca.
    
    -Ahora desabróchame el cinturón. También quiero que me masajees los huevos mientras me la meneas.
    
    En espera de que la otra acatara su precepto, más conciso y tajante imposible, Mateo cerró los ojos y alzó sus brazos para llevar las manos hacia atrás y aferrarse al cabezal de su asiento. Lo estaba disfrutando mucho a pesar de la torpeza y aprensión de la muchacha. Puede que incluso gracias a ello.
    
    Valeria obedeció nuevamente. Sus manos temblaban cuando empezó a desabrocharle el cinturón. Tardó un poco, pero una hebilla era algo sencillo. El problema fue el botón de su cinturilla. Lo intentó varias veces sin éxito, pues el pantalón estaba tenso aún con el paquete del hombre liberado. Y por su longitud el tronco de aquel miembro se ...
    ... interponía, entorpeciendo aún más la labor.
    
    -Yo me encargo de eso.
    
    Se apiadó Mateo de la desmaña de su hija con el botón de los pantalones. Seguidamente se echó la corbata sobre un hombro para ocuparse después de otros dos más, los primeros de su camisa empezando por abajo, dejando al descubierto un vientre duro y su recortado -que no afeitado- vello púbico. Su agitada polla se fue poniendo cada vez más rígida a partir de este punto, sobrepasándole la cresta su ombligo para asombro y terror -quizás también fascinación- de quien parecía evitar mirar ese pedazo de carne que con sus caricias, apretones y juego de muñeca satisfacía.
    
    La chica centró ahora su mirada en lo poco que podía ver de aquel torso trabajado. Siempre había sentido fascinación por los hombres cuyo atractivo se glorificaba por sus músculos, pero tratándose de su padre no había mucho lugar para la excitación. O al menos eso se dijo a sí misma, ignorando el cálido cosquilleo que empezaba a sentir entre sus muslos.
    
    -Quítate eso que llevas puesto, vamos. Quiero verte las tetas.
    
    Le ordenó Mateo de repente, con aquel tono de voz imperativo que resonaba en su caja torácica y que a cada vocablo parecía hacer menguar a la víctima de su depravación.
    
    Valeria se deshizo tímidamente del top azul celeste que llevaba, retomando después su escandalosa labor. Ahora con ambas manos.
    
    Su padre no se demoró en aferrar uno de sus pequeños pechos por debajo, vanagloriándose al sentir el pezón endurecido a causa de la ...
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