1. Una Buena Ocasión 4


    Fecha: 11/12/2024, Categorías: Incesto Autor: Trastornado, Fuente: TodoRelatos

    ... sus pechos.
    
    Descargue de lo lindo en su coñito, y se la lleve a la boca sin tener que decirle nada. Resoplaba y tenía los ojos medio cerrados sin saber si se seguía corriendo. Abrió la boca dejándose follar lentamente, acariciándole el cuerpo, que movía de lado a lado con las piernas cerradas por si acaso. Pero chupando con cariño toda la polla que le metía en la boca.
    
    -Muchas gracias, ahora ya se, que de pajas mejor nada. Estaba preocupado.-. le solté aguantando la risa, tumbándome a su lado.
    
    Ella miraba el techo y se relamía los labios sin saber que decir, aún le palpitaban el coñito y los pechos. Le miraba intentando no reír, y le dije:
    
    - ¿El gafotas no te hace esto verdad?. - y me miró sorprendida, pero me negó con la cabeza volviendo a mirar al techo.
    
    Estire la sabana y nos tape, alargando un brazo y apagando la luz. La pobre roncaba un camionero a los cinco minutos. Y yo alucinaba con semejante hembra tan desatendida. Pero ya se había acabado su triste vida sexual, aquí estaba su hijito para ponerla al día, pensé quedándome dormido entre sus enormes pechos.
    
    Se despertó de madrugada para ir al baño, y casi se mete otra vez en mi cama, pero se quedó mirándome y pensando que no parecía su hijo, parecía otra persona ¿Y cómo sabia tanto de sexo?, Se preguntaba mirándome y aguantando las ganas de destapar mi polla y empezar a chuparla otra vez, con su coñito refrescado. Pero se fue a su cuarto, y se durmió sonriendo contenta de haberme ayudado.
    
    Me ...
    ... despertó Berta chupando con ganas, pero al oír a su madre llamarla, se levantó rápida y se metió bajo la cama asustada. Yo me aguantaba la risa y me gire de espaldas a la puerta, y entró la madre buscándola.
    
    Pensaba que no había dormido en casa, al ver su cama sin deshacer, se empezaba a preocupar de algo tan impropio de la dulce y recta Berta.
    
    Pero me gire para que viera mi empalme, haciendo que me despertaba, y entró cerrando la puerta mirando el bulto de la sabana. Se sentó a mi lado y me dijo:
    
    -¿Cómo estas hijo? .- y fue a decir algo más, pero le corté y le dije:
    
    -Se quedo en el sofá, se durmió con la peli.- y sintió alivio al saberlo, pero no se movía, quería hablar de lo que había pasado.
    
    No quería que Berta se enterara, sabía que se sentía culpable, pero no podíamos hablar con la jovencita bajo la cama, y me incorpore, le bese en la mejilla y le dije al oído:
    
    -No hace falta que digas nada, paso sin más, y me encantó. Pero mejor vete, porque no respondo. -le dije lamiéndole la cara y amasándole un pecho con fuerza.
    
    Me miro algo turbada, levantándose rápido entre asustada y cachonda. Sonrió como una tonta, sin saber si echarme la bronca, o “ayudarme” otra vez. Pero se fue.
    
    Berta salió de debajo de la cama, y me pregunto:
    
    -¿Que le has dicho? No te he oído.
    
    -Que me vas a sacar al cine, y le he pedido pasta para invitarte yo.- le mentí intentando agarrarla, con ella riendo en voz baja.
    
    Se acerco a la puerta riendo y negando con la cabeza, y puso el ...
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