La suegra acaba entregando su culito al yerno
Fecha: 12/12/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... fácilmente, unió otro dedo. Cada vez que acariciaba mis nalgas, metía los dedos un poco más y murmuraba de placer. Comenzó a hacer pequeños círculos sincronizados sin apenas presión, solo rozando mi ano hasta que noté que se abría un poquito.
—¿Por qué tienes desocupada la otra mano?
Entendió el mensaje y se abrazó completamente a mí, adelantando la otra mano a mi clítoris.
—Así, así, sigue.
—Te noto distinta. Parece que sabes bien lo que haces.
—Estoy deseando que me rompas el culo de una vez, pero no quiero sufrir.
Estaba alucinando, no solo le dejaba meter sus dedos en el culo, sino que le hablaba con un lenguaje que siempre me había dado vergüenza.
Cogió crema, embadurnó su pene, llevó la punta del glande a la entrada anal.
—A ver ese culito que está deseando comerse mi polla.
—Ve despacio pero ¡fóllame el culo!
Arrodillada sobre el borde de la cama, ofreciendo en todo su esplendor mi culo, me agarró por las caderas, situó su polla en la entrada trasera, maniobra que facilité elevando aún más el culo y de una embestida, con la firmeza de su polla, quiso meterla de golpe, como si me follara por delante.
—Tranquilo, despacio, tiene que dilatar para que entre —le dije como si fuera una experta a la que hubieran dado por culo decenas de veces—. Alterna agujero mientras tanto.
Aceptó mi dirección y contenido, introdujo su polla en mi coñito y comenzó a masajearme las tetas desde atrás.
—Muy bien yerno, así. Caliéntame un poco para que se ...
... vaya abriendo.
Con su otra mano la adelantó a mi clítoris que recibió entusiasmado sus caricias. Y me activó. A partir de ahí decidí que iba a ser mío.
—Métemela de nuevo por detrás.
Cuando sentí entrar su cabeza, succioné como había hecho con el dildo y noté como entraba un cuarto. Con ella dentro, comencé a agitar mi culo a derecha e izquierda, arriba y abajo, apretando fuerte mis nalgas, en un movimiento circular que nunca había realizado. Una particular danza sino del vientre, si del culo.
El tirón interno que me producía su polla era superior al que sentí con el dildo, pero familiarizada con el movimiento, apreté mi culo y lo abrí provocando un efecto succión que abrió el esfínter y entró la mitad de su polla. ¡Ya estaba media dentro!
—Joder suegra, eres la hostia...
—Empuja más. ¡Tantas ganas que tenías!
Entraba y salía sin freno, su grado de excitación lo tenía fuera de sí. Yo me debatía entre el dolor soportable y el placer de verme dominadora de la situación, tenía a mi yerno entregado a mí.
—Vuelve al coño, necesito recuperarme.
Ese intercambio de agujeros me ayudaba a que el dolor apenas fuera apreciable. Me enorgullecí del control que estaba asumiendo.
Sin esperar mi aviso, volvió a intentarlo por el culo. Esta vez entró fácilmente hasta la mitad, sin apenas molestia. Había que dar el último paso.
—Vamos, rómpeme cabrón —le provoqué.
Estaba muy excitado, respiraba más y más fuerte cada vez. Me cogió por la cintura con una mano y ...