¿Qué eres mi qué?
Fecha: 16/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: ProfaErika, Fuente: TodoRelatos
... beso largo, apasionado, y con deseos, pero lo finalicé, y volví a bajar por su cuello, hasta su echo, mientras, una de mis manos fue hasta su rajita, y la acarició suavemente, los labios exteriores, ella gimió y cerró los ojos, mi boca se apoderó de su pezón, apretando los labios, luego pasé la lengua por la aureola, he hice lo mismo con el otro, mis dedos exploraron, buscando su clítoris.
Ella intentó cerrar sus piernas cuando mis dedos encontraron su clítoris, pero era demasiado tarde, con sus propios jugos empecé a estimularlo, haciéndola gemir, ya casi gritar, dejé sus tetas en paz, y seguí bajando, lamiendo su vientre, deteniéndome un poco en su ombligo, pero continué, llegué a su pubis, y entonces, mi lengua reemplazó a mis dedos, haciendo círculos, y succionando levemente, ella no se pudo reprimir más, y empezó a gritar, y más cuando introduje dos dedos en su vagina, sus manos fueron a sus tetas, y se pellizco los pezones, continué con lo que hacía, hasta que ella misma me anunció que se venía, pero no me detuve.
Seguí lamiendo y chupando, clítoris, labios vaginales, e introduciendo mis dedos en ella, hasta que un fuerte grito, y un gran chorro de líquido caliente que llenó mi cara, me anunciaron que Érika se había corrido, dejé de chipar, medio hincándome en la cama, mirando como ella intentaba reponerse, pero no saqué mis dedos, continué metiéndolos y sacándolos, lento, para no lastimarla, pero constante para mantenerla excitada, abrió sus ojos, y me sonrió, ...
... fui a besarla apasionadamente, y aquella mujer, seguía gimiendo, otra vez recorrí su cuerpo, con mis labios, ella intentó sacar mis dedos de ella, pero la detuve, me apoderé de sus tetas, jugando con sus pezones, con lo que volvió a gemir, sus caderas ya se movían al ritmo en que la penetraba, sus manos me acariciaban, y regresé a ese manantial de placer que tenía entre las piernas.
Aprisionó mi cabeza con sus manos, cuando mi boca entró en contacto con sus labios vaginales, más que para quitarme, fue para lo contrario, lamí, chupé, penetré, y de nuevo la llevé a otro orgasmo cuando haciendo un ganchito con los dedos que le metía, toqué ese punto que hace explotar a las mujeres, y que no todos los hombres saben dónde está, “el punto G”, con lo que explotó con otro alarido, y una andanada de jugos, llenándome otra vez la cara, rápidamente saqué mis dedos, y enfilando mi verga, se le metí de una, no de golpe, pero no me detuve para nada hasta que mi pubis tocó el de ella, y así me quedé, hasta que su orgasmo pasó.
Cuando se recuperó, abrió sus ojos, y al verme y sentirme dentro de ella, sonrió, me abrazó con brazos y piernas, y nos besamos, pero esta vez el beso fue tierno, lleno de amor, y empecé a penetrarla, suave al principio, pero con el paso de los minutos, fui acelerando y nuestros gemidos así como sus gritos, crecían con cada embestida, un orgasmo más, mi espalda lo resintió con sus uñas, sentí sus contracciones, y sus gritos casi hacen que me viniera, de nuevo en ...