1. ¿Qué eres mi qué?


    Fecha: 16/12/2024, Categorías: Incesto Autor: ProfaErika, Fuente: TodoRelatos

    ... calma, sin sacarle la verga, nos dimos vuelta, quedando ella encima de mí, podía ver sus tetas, y cuando empezó a cabalgar cual amazona, vi como rebotaban.
    
    Con cada brinco, me llamaban para que las mamara, así que me senté, y sin que Érika parara, me apoderé de esos ricos pezones que ya me empezaba a ser adicto, los chipé y lamí, incluso, me atrevía morderlos con los dientes, haciendo que ella gritara más fuerte, no de dolor, sino de placer, empezaba ya a conocerla, estaba a punto de venirse otra vez, y yo también, con mis manos en sus nalgas, le ayudé para que su cabalgata fuera más rápida, planté mis pies en el colchón, y con fuerza moví mis cadera lleno al encuentro de ella.
    
    -Ery-, le dije entre bufidos, -ya me vengo-
    
    -Hazlo adentro-, resopló, -quiero sentirte-
    
    No paramos, hasta que entre gritos, ella se corrió, llenando mi verga con sus jugos, igual que mi estómago, y mi pecho, segundos después, yo llené la vagina de Érika con una andanada de leche caliente, después, ella cayó encima de mí, estaba agotado, y ella se veía igual, pero con una sonrisa de oreja a oreja, nuestras respiraciones se fueron acompasando, y sentí como iba perdiendo la erección, para acto seguido, salir del interior de mi maestra de química, Érika. Debido a nuestro sudor, ella resbaló a un lado, dejando su pierna sobre las mías, y con una mano en el pecho, nos quedamos dormidos.
    
    Desperté una hora después, seguíamos en la misma posición, Érika todavía dormía, no quise despertarla, así ...
    ... se veía tan angelical, tierna, y vulnerable, que solo la abracé, más o menos diez minutos después, ella despertó, me miró y sonrió, para después, volvernos a besar, y entre beso y beso, y caricia y caricia, lo volvimos a hacer, ella tuvo otros tres orgasmos, y yo le llené una vez más con mi leche, luego nos quedamos en la cama en silencio, pero sin dejar de mover nuestras manos por el cuerpo del otro, vi el reloj de mi buró, ya era la hora de cenar.
    
    -¿Quieres cenar Ery-, le pregunté.
    
    -Si cocinas tu-, me dijo sentándose en la cama, -si, si no, pedimos algo-
    
    Me levanté de la cama, me sentía cansado, pero eufórico, tomé una de mis toallas, me la enredé en la cintura, y antes de salir del cuarto, le di un beso en los labios a Erika, y me fui a la cocina, diez minutos después, ella apareció envuelta en la sabana de mi cama a modo de toga griega, con el cabello mojado, y una sonrisa en sus labios, esa imagen me la volvió a poner dura, pero en ese momento, la prioridad era cenar algo, si es que quería volver a gozar de esa diosa, así que me concentré, y gracias a su ayuda, terminé antes de lo que pensé.
    
    Cenamos desnudos en la sala, viendo una película, y cuando terminamos, volvimos a charlar, como si nada hubiera pasado casi una hora antes, cuando terminamos, llevamos los platos a lavar, parecíamos realmente una pareja, ella lavó, y yo sequé y guardé, cuando terminamos, preparé café, y regresamos a la sala.
    
    -Te invito a desayunar-, le dije dándole un tierno beso en los ...
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