1. El tormento de Elsa (revisado) 49 a 51


    Fecha: 20/12/2024, Categorías: Grandes Series, Autor: HCL1979REBIRTH, Fuente: TodoRelatos

    ... vuestros pies bien expuestas.
    
    Ambas gimieron asintiendo, algo las iban a hacer en los pies, seguramente usarlas de cenicero, como las habían amenazado al subir. Silvia empezó a llorar y casi no pudo empezar a andar hasta que Elsa, muerta de miedo pero sin llorar, la agarró y llevó con ella.
    
    -Pasará pronto. - la susurró - Ten fuerza, aguanta amor.
    
    Silvia asintió, muerta de miedo. Las dos chiquillas, ocuparon su posición, obedeciendo.
    
    Entonces, alguien llamó a la puerta. Sonriente, Puri fue a abrir.
    
    -Adelante, pasen, pasen.
    
    Tumbada en el suelo, con la cabeza hacia la entrada, Elsa pudo ver como llegaban sus más fanáticos violadores. Todos y cada uno de sus profesores, director incluido, y el médico del colegio, con su maletín, lo que la hizo suponer que esa noche, seguramente, dolería de veras lo que las aguardaba. Y cerrando los ojos, ella, empezó a llorar igual que Silvia, aunque Silvia lo hacía de puro terror, y Elsa, porque sabía que ella sufriría, si, pero su amada, sufrirá lo indecible
    
    Cojeando y llorando mientras aún notaban los cigarros que habían pagado en sus pies, usados como ceniceros durante dos horas en el salón, Elsa y Silvia, eran conducidas por todos los presentes, los invitados a la cena más sus profesores, hacia el sótano. Junto a ellas, bajaron a los dos perros, que ataron a un extremo del sótano.
    
    Gemían al andar, notando las quemaduras en las plantas de sus pies. Detrás de ellos, todos los presentes, desnudos, ellos y ellas, ...
    ... sonreían.
    
    -Ahora sí que nos vamos a divertir… ¿Quién quiere ser la primera? - Dijo Luis al llegar al sótano. -La otra mirará todo atentamente, sabiendo que eso es lo que le esperará a ella después.
    
    Las dos chiquillas estaban temblando, llorando, de pie, ante las argollas del suelo, con ganas de vomitar, de orinar, aterradas. Silvia balbuceaba, temblaba más que Elsa, que decidió ser ella quien hablase.
    
    -Yo… yo, seré yo… y dejadme sufrir a mi también la parte de Silvia.
    
    Todos se miraron divertidos, todos sabían lo que iba a pasar. Sonrieron.
    
    -Ya veremos. - dijo Javier. - Por el momento, pequeña zorra, de rodillas ante las argollas.
    
    Elsa obedeció. Luis cogió a su hija y la llevó a rastras, apenas podía moverse, aterrada, temblando, hacia atrás. Uno de los invitados a la cena la abrazó contra si y la empezó a meterle mano obscenamente, metiendo su mano en su coño, presionando su enorme polla en su ano, sin meterla, pellizcando sus pezones, haciéndola llorar y gemir, mientras colocaban a Elsa, arrodillada en el suelo y fijaban las argollas. La niña gimió al notar las frías y ásperas argollas en sus muñecas y tobillos, rozandola. A buen seguro le harian herida, se dijo, pues ya imaginaba que la follarian todos en esa posición, y de los embites, rozaría. Una vez que Elsa estuvo fijada, Javier sonrió.
    
    -Dieciseis… dieciseis hombres y cuatro mujeres. Serás follada por todos y cada uno de nosotros, de uno en uno, en tu coño o culo, donde elijamos. Mientras, comeras el coño ...
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