Suegra borracha
Fecha: 28/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos
La madura jamona, notaba la tranca de Jorge, su yerno, barrenando su ojete hasta el fondo, con los huevos rebotando sobre su vulva. La cerda resistía a cuatro patas, sobre el lecho matrimonial, los violentos empellones acompañados de rugidos, tirones de pelo y escupitajos, con las que el cabrón de Jorge se la follaba como una vulgar putilla sometida (lo que era, a fin de cuentas). Mientras, Ricardo, su pobre y cornudo esposo, dormía una siesta inducida con somníferos como un bendito, ignorando los berridos de puerca de su esposa.
Jorge disfrutaba como un enano al tener sometida a Sandra, aquella puerca jamona, con el agravante de que, al follarla en la cama matrimonial, rodeados por las fotos del matrimonio que adornaban la paredes y utilizando, después del polvo, la almohada del cornudo para limpiarse la polla, su placer se veía multiplicado por el profundo desprecio que sentía hacia el gilipollas de Ricardo, su suegro, un tipo al que no le había caído bien desde que, de la mano de su hija, entró en aquella casa cuando aún eran novios. Aunque el sentimiento era mutuo, a Ricardo tampoco le gustó aquel tipo con aspecto chulesco que le iba a arrebatar a su encantadora hija.
De modo que cada vez que Jorge encajaba el pollón en el culo de la puta de su suegra, apretaba con fuerza los dientes y trataba de disfrutar a lo grande pensando en el crecimiento exponencial de los cuernos del pobre ignorante pichafloja que dormitaba en el salón, a escasos metros del encuentro ...
... entre los amantes.
A Sandra, sentir el aliento de Jorge en el cogote mientras su macho le taladraba el culo, agarrándole con fuerza las tetas, le resultaba excitante no, lo siguiente. La mujer, que medio año antes habría sido incapaz de creer que caería en un abismo de depravación de ese calibre, no paraba de dar gracias (a Dios o al diablo, a saber) por aquella tremenda borrachera que la abismó en el mundo del sexo: ¡así, a lo bruto y sin anestesia!
1. El pub
Había sido un sábado tremendo en el Disco Pub Ángel. Mucha agitación, mucho movimiento y muchas cenas de empresa, despedidas de soltero y soltera y cachondeo a tutiplén.
En uno de los reservados dormía la mona, desmadejada en un sofá, Sandra, una jamona madura de 54 años que, debido a la tremenda cogorza que llevaba, se quedó descolgada de su grupo de empresa con el que estaba celebrando la juerga posterior a la cena de fin de temporada. La mujer, había tenido un tremendo arranque de desinhibición que había dejado descolocados a propios y extraños. Mucha bebida, mucho baile, muchas insinuaciones con algunos jefes y compañeros de trabajo y mucho cachondeo. Nadie diría que la buena mujer, casada y con hijos ya mayores, siempre seria y modosita, se iba a despendolar de aquella manera. Tal vez tuviera algo que ver la pastillita que algún graciosillo le colocó en la bebida, pero la tremenda reacción de la cachonda y opulenta secretaria dejó descolocado a todo el mundo, incluido el listo que le colocó la droga en la ...