1. Mi odiosa hermanastra II (17)


    Fecha: 08/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... casa? —preguntó Samara—. Mamá no está. Debe estar cogiendo como coneja con su chongo. Podemos descorchar un par de vinos —propuso.
    
    —Dale, vamos —dije inmediatamente.
    
    Caminamos hasta esa casa que había sido mi hogar durante algunos meses. Me hubiera gustado ver a Amalia de nuevo, pero me dije que pronto lo haría. Si forjaba una fuerte amistad con mis exhermanastras, ya se presentaría la ocasión de volver a verla.
    
    Apenas entré noté que había algo raro. Las chicas intercambiaban miradas cómplices y se hacían gestos. Aurora no pudo evitar soltar una risita nerviosa. Ella y Samara se fueron a buscar el vino.
    
    —¿Pasa algo? —le pregunté a Abril.
    
    —No, nada —dijo, sin molestarse mucho en disimular que estaba mintiendo—. Ahora vengo —agregó después, y se perdió por la escalera.
    
    Pasó más tiempo del normal. Me puse de pie para ir a la cocina, pero en ese momento se cortó la luz en toda la casa. Afuera ya empezaba a anochecer y además la persiana estaba media cerrada, por lo que me quedé en la absoluta penumbra. Escuché las risitas que venían de la cocina.
    
    —Qué carajos están tramando —dije. Pero nadie pareció escucharme.
    
    Me extrañaba que Aurora se enganchara en las maldades de Samara. Ella siempre me defendía, pero por lo visto ahora no solo me dejaba solo sino que se había convertido en la cómplice de aquella insoportable adolescente. Y Abril tampoco aparecía.
    
    Entonces escuché pasos en la escalera. La bruja de la familia estaba bajando. ¿También estaba metida ...
    ... en esa broma? Cuando vi que su cara estaba cubierta comprendí que así era. No veía con claridad la máscara, pero la conocía muy bien. Bajaba con mucho cuidado, pues su campo visual estaba muy reducido y la oscuridad no ayudaba mucho.
    
    —¡Boludas, tenían que esperar a que les de la señal para cortar la luz! —dijo.
    
    Sus hermanas salían de la cocina. Ambas llevaban velas en las manos. Aurora una y Samara dos. Se acercaron a su hermana, riendo. Entonces Samara le entregó una de las velas a Abril.
    
    —Es que tardabas una eternidad —explicó.
    
    Con la tenue luz de la vela ahora pude apreciar el extraño rostro de la diosa Kali cubriendo el rostro de Abril.
    
    —Em… ¿Qué están tramando? —pregunté, entre divertido e inquieto.
    
    —No hay nada de qué reírse —dijo Abril. Su voz salía distorsionada por la máscara.
    
    —Así es —dijo Aurora—. ¿Pensaste que no nos íbamos a enterar? ¡Te cogiste a las tres! —exclamó después.
    
    Parecía realmente molesta. Las tres estaban paradas una al lado de la otra frente a mí. Abril en el medio. Era evidente que sí habían hablado de algunas cosas. ¿Abril me había mandado al frente? Lo dudaba. Lo más probable es que hicieran sus propias conjeturas, y después de intercambiar algunas preguntas hayan llegado a la verdad.
    
    —Em… bueno, pero… no es que estuviera de novio con alguna de ustedes. Y tampoco tenía por qué contarles mis intimidades —me defendí.
    
    —¿Pensaste que no era oportuno advertirnos que ya tenías algo con las otras? —dijo Samara—. ¡Degenerado! ...
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