El equipo de baloncesto 7 (final) - Relatos Eróticos

El equipo de baloncesto 7 (final)

... papel de sumiso completo, creando un juego en el que sólo estaba presente el placer más lujurioso y salvaje, Julio se puso de rodillas y con maestría me desabrochó el cinturón y los pantalones, liberando la presión que hacía mi polla, ya completamente empalmada, sobre mi ropa.

Comenzó a masturbarme, moviendo la mano a todo el largo de mi miembro, que ya estaba en su máxima longitud, unos 17 cm, mientras lamía en círculos concéntricos el glande, lubricándolo mientras me arrancaba un gemido de placer.

-Ohh…o...o…ohh, pajéate tú también mientras me la chupas- conseguí articular entre suspiros. Me ponía a cien ver cómo, al poco de empezar a masturbarse, se corría con gemido bajo pero profundo, denotando lo caliente que estaba.

Tras unos pocos minutos, sentí que no me quedaba mucho para correrme y, con un suave tirón de pelo, empujé a Julio para que tragara aún más profundo. No pude aguantar más y con un intenso espasmo, liberé toda mi lefa en la boca de Julio, tanto que se desbordó y caían finos hilos de pegajoso semen por su barbilla.

En ese momento, me di cuenta de que veía una sombra refleja en el techo y al mirar hacia arriba del baño, sorprendí a alguien guardando rápidamente un móvil. Miré brevemente a Julio y, ocultando como podíamos nuestras vergas, aún morcillonas después del trabajo de antes, salimos corriendo del baño y con un rápido movimiento agarré del brazo a la persona que estaba grabando justo antes de que saliera de nuevo hacia el ...

... restaurante.

Pensé que sería algún pervertido del restaurante que hubiera oído algo, pero no pude disimular la sorpresa cuando al girarle le vi…

-¡¡¡Miguel!!! ¡¡¡¡¡¿Qué cojones haces aquí?!!!!! – grité, llevado por la sorpresa y el susto, al tiempo que Julio se colocaba en la puerta por si le daba por huir corriendo.

-Yo…ehhh…tenía que ir al baño- respondió en bajito Miguel, intimidado por la situación.

-Ya claro, y mi abuela conduce un Fórmula 1-le contestó irónicamente Julio

-Te hemos visto grabar, Miguel…no hace falta que nos mientas- añadí

-Eh...e…mmm si si y si no me dejáis ir, se lo diré a todo el mundo- admitió rápidamente Miguel, intentando dar la vuelta a la situación.

- ¿Y cómo sabemos que no lo harás igualmente, eh? - dijo Julio subiendo el tono.

- Pues…yo…porque no…yo no…no haría…eso- respondió Miguel sobrepasado por la situación, mientras Julio daba un paso hacia adelante.

- Espera Julio, creo que Miguel no nos está diciendo todo lo que piensa, ¿me equivoco? – pregunté mientras miraba directamente a los ojos a Miguel.

Sin argumentos ni amenazas ya, para poder contradecir nada, Miguel se apoyó en la pared y pude notar como se le marcaba un muy voluminoso bulto en el pantalón.

-Yo…ese vídeo era para mí…no iba a enseñárselo a nadie, os lo prometo joder…es que vi la nota que le pasaste a Julio en la servilleta y como el otro día en el vestuario oí unos gemidos cuando volví a por mi mochila, pues uní hilos y pensé que estaríais aquí y…yo…pues el otro día ...