El equipo de baloncesto 7 (final) - Relatos Eróticos

El equipo de baloncesto 7 (final)

... mirada de Mateo que claramente reflejaba que intuía lo que acababa de ocurrir, pero no pude deducir ninguna emoción al respecto en su cara.

Para terminar la cena, nos dieron unos chupitos porque Gael conocía al hijo del dueño del restaurante, que trabajaba allí, así que cuando salimos de camino a la discoteca, más de uno iba ya algo contento.

No nos pusieron muchos problemas para entrar, ya que el portero era amigo del hermano de Hugo, así que en menos de media hora estuvimos todos dentro. La entrada incluía dos copas así que fuimos rápidamente a la barra a por la primera.

La noche fue intensa, gritando y bailando como si nos fuera la vida en ello, yo me lo estaba pasando bien, entre el alcohol y las risas, me olvidaba un poco de Mateo. Hubo un momento en el que me giré y no vi a Mateo. Preocupado, fui buscándole por toda la discoteca y le encontré charlando con un tío que le debería sacar como unos 6 años. Me acerqué rápidamente a él.

-Mateo, ¿todo va bien? No te veía…veíamos- pregunté, ignorando completamente al otro chico.

-A…ahora no, ¿por qué has venido?, essstaba hablando con este chico y me lo iba a tirar, me has cortado el rollo- me contestó, claramente muy borracho, mientras se apoyaba en la pared para no caerse al suelo.

-Anda, vámonos con los demás- contesté, intentando ignorar su tono. Le cogí del brazo, pero él tiró hacia el otro lado y me miró con furia, a la vez que metía la mano por dentro de los pantalones del chico y le manoseaba para ...

... hacerme de rabiar.

- ¿Qué pasa? Que no puedo follar con nadie ahora, que si no es contigo y en secreto no me puedo tirar a nadie más. Pero tú si que puedes echar un polvo hasta en los baños del restaurante, como esos con tal de que les des un poco de lefa se conforman…Eres un egoísta- explotó definitivamente Mateo.

Yo me quedé mudo.

-Ven tú…no me acuerdo como te llamabas…vamos a follar en el baño- añadió Mateo, mientras sobaba la polla del otro chaval mayor y se dirigía tambaleante al baño.

Me quedé unos minutos en shock, sin poder moverme y cuando por fin lo hice, fue para salirme del local. Sentado en un banco a la salida, noté como comenzaban a caer lágrimas por mis mejillas, que finalmente se convirtieron en un llanto desconsolado. Mateo tenía razón y lo sabía, pero en su momento no supe reaccionar a tiempo. Tras estar reflexionando un rato y martirizándome por lo que había hecho, vi como alguien se sentaba a mi lado, pero en esa oscura plaza sin un alma que había a la salida de la discoteca y mis ojos llorosos, era difícil ver quién era.

Cuando se acercó un poco más me di cuenta, sorprendido, de que era Gael.

-H..hola, ¿qué haces aquí?- pregunté mientras me enjugaba las lágrimas para que no se notara mucho.

-No sabíamos dónde estabas…fuimos a preguntar a Mateo, pero estaba…ocupado, así que me salí para ver si estabas por aquí- respondió Gael mientras me pasaba un brazo por detrás del hombro, acercándome a él.

-Yo…quería que me diera el aire-dije, poco ...