La Joven Reina 5 - Relatos Eróticos

La Joven Reina 5

... con piscina y un inmenso jardín. Parecía la finca de un emperador y así se lo hice saber.

–Todo esto también puedes disfrutarlo, esclava, y dormirás en mi cama.

–¿Todas las esclavas sexuales viven así?

–Solo las mías. Espero que sepas valorarlo de ahora en adelante. Todas estas instalaciones puedes usarlas a placer.

Yo me fui a sus baños, a limpiar mi cuerpo. Mi ama me acompañó a los baños. Para mi sorpresa no hubo sexo, pero si muchas miradas. Brelyna me devoraba con la mirada y se recreaba ayudándo a lavarme. Decidí esperar a que ella diera alguna orden, no dijo nada cuando me metí.

–Casi destruyes mis barcos. ¿Cómo?

–Primero quiero saber cómo me derrotaste tú.

–Entonces es mejor que enterremos este tema por un buen tema.

–¿Hay algo que deba saber ahora que soy tu esclava?

–Tengo ciertos problemas de salud, la verdad me arriesgo mucho a confiar en tí, pero necesitaré alguien que cuide de mí.

–Podría ayudarte mejor si me cuentas qué te pasa.

Brelyna era reacia a hablar, se le notaba en el cambio de actitud. No quería darme detalles, por la razón que fuera. Cogí su mano en señal de confianza, y suspiró profundamente.

–¿Te suenan Livis, o Vill?

–Si, una se folló a mi madre y la otra trabajó para ella.

–Soy como ellas pero con poderes mediocres, y constantemente enferma. Te gané solamente porque pude leer tu mente como un libro abierto, las consecuencias ya las viste, pero suelo tener episodios peores.

–¿Solo puedes leer la ...

... mente?–pregunté incrédula.

–Puedo hacerlo por poco tiempo, pero cuando necesito ganar una batalla, deja mi mente agotada y destrozada. Lo siento, ibas a ganar, perdiste porque elegí hacer trampas.

–No me siento insultada, es una herramienta como cualquier otra, pero no tan útil si te deja en cama.

–Lo se, me vendieron como esclava a la Suma Sacerdotisa, que decidió someterme a Semen Divino. Claro, ya habían conseguido una súcubo, y una dómina perfecta, tenían en camino a una guerrera que nunca se agotaba. La cuarta tenía que ser igual de buena, o eso se pensaban.

–Bueno, ahora eres una almirante.

–Si, no fue fácil. Puedo notar algo en tí, naciste hermafrodita. Puedo sentirlo.

–Si, mi madre nació siendo una hermafrodita latente.

–¿Ese término es un chiste de mal gusto? No existen las hermafroditas latentes, ¿sabes lo que significa? Que a tu madre le extirparon antes de nacer, la parte hermafrodita, normalmente con intenciones mezquinas.

–¿Cómo? ¿no hay mujeres que nacemos teniendo instintos hermafroditas?

–Ser una zorra adicta al sexo no es un instinto hermafrodita. A tu madre le jodieron la vida al nacer para convertirla en una zorra, te lo digo yo. Fui la zorra de una Suma Sacerdotisa, y conozco las mentiras que difundieron.

–¿Eso que significa?

–Hay dos opciones, o tu abuela fue estúpida, o querían convertir a su futura hija en una zorra. Normalmente se hace o para vender a las hijas o para ponerlas a criar hijos toda su vida. Cómo es un secreto muy ...