El confidente de todos (5)- la visita al pueblo - Relatos Eróticos

El confidente de todos (5)- la visita al pueblo

... en su mirada apareció una sombra, por primera vez en el día volver a lo que pasó ayer la entristecía, pero estaba muy intrigado, aunque ella no sabía que lo había visto todo, quería ver hasta qué punto confiaba en mí, y sobre todo que pensaba ella sobre todo lo ocurrido.

Mamá:" ufff hijo, no sé cómo puedes ser tan listo, ni como lo haces, es como si me leyeras la mente y supieses todo lo que hago, realmente no sé qué me da más miedo o vergüenza, pero lo que más me alucina es lo adulto que eres para tu edad... Tampoco sé porque tengo estás conversaciones contigo, un hijo no debería saber lo que su madre hace en la intimidad, con un hombre..."

Mientras me decía todo esto una sombra aparecía en su mirada, algo rondaba su cabeza que la ponía triste, y eso me ponía muy nervioso, quería que confiase en mí, necesitaba que confiara en mí, por lo puse todas mis fuerzas e intente que mis próximas palabras sonasen convincentes y seguras y le respondí, quería tranquilizarla, que viese que no había ningún problema y sobre todo que podía confiar en mí.

Yo: “mamá solo nos tenemos el uno al otro, y sabes que puedes contarme lo que quieras, yo solo quiero tu felicidad, verte sonreír, has sufrido mucho en esta vida y te mereces lo mejor, deja de pensar en el que dirán, y vive, si el sexo es lo que te gusta lo que te hace feliz, no seas tonta y hazlo, piensa de una vez un poco más en ti, en tus necesidades, pero sobre todo se feliz y por mi de verdad, como si te vas con dos o tres, ...

... como si te lías con una mujer, a mí me da igual, yo solo quiero verte como esta tarde, feliz risueña y contenta, y sinceramente me encantaría saber qué es eso que te hace tan feliz, e incluso entiendo que no me lo quieras contar por vergüenza, por el tema del que se trata, pero sino me lo cuentas a mi ¿A quién se lo vas a contar?"

La verdad que cuando comencé a hablar, no pensé mucho lo que estaba diciendo, solo quería que viera que podía contarme lo que quisiera, mi objetivo no era otro que trasmitirle normalidad y confianza, pero claro justo cuando comente lo de que se fuera con dos o tres sonó raro e inoportuno, por eso metí lo de la mujer, como para quitarle hierro al asunto.

Mi madre no me interrumpió en ningún momento, escuchaba atentamente y me miraba entre curiosa e intrigada, como valorando si ese comentario era eso un comentario sin importancia o iba con segundas.

Imagino que supuso que lo había dicho sin segundas intenciones, porque volvió a mirar hacia la carretera y tras un tenso silencio, comenzó a contarme todo lo que pasó ese fin de semana, yo alucinaba no se dejó nada en el tintero, me contó todo con pelos y señales y lo que más me gustó fue como me lo contaba, como en su voz se podía sentir sus emociones, como me daba sus puntos de vista lo que había sido para ella todos esos sucesos.

Ahora era yo quien escuchaba atentamente sin interrumpirla, la dejé hablar, era lo que realmente necesitaba, no quería una opinión simplemente soltarlo, ella misma ...