El confidente de todos (5)- la visita al pueblo - Relatos Eróticos

El confidente de todos (5)- la visita al pueblo

... respondía a sus propias preguntas.

Era curioso oír lo ocurrido desde su punto de vista, desde el punto de vista femenino, como su voz cambiaba según la parte del relato, como se recreaba en ciertos detalles que para mí pasaron inadvertidos.

Que diferencia, entre un hombre y una mujer, me llamo muchísimo la atención como un mismo suceso se puede ver o interpretar desde diferentes prismas.

Saber cuáles eran sus dudas y sus preocupaciones, oírlo como me lo contaba ella, sentir en su voz lo que le gustaba y lo que no era simplemente delicioso y algo que sinceramente todos deberíamos hablar de manera natural, sin tantos tapujos, creo que todo nos iría mejor.

En todo el viaje, que pasó muy rápido, casi no hablé, no quería interrumpirla, era su momento y realmente fue un monólogo de mi madre, una conversación que mi madre necesitaba.

En ese momento me di cuenta de que en ese fin de semana había descubierto como los hombres vemos y contemplamos el sexo, y ahora podía conocer el punto de vista completamente diferente de mi madre, una mujer.

Sería bueno el hecho de que el sexo se normalizase, que todos tuviésemos presente que es una cosa normal y que puede ser muy placentero si tenemos en cuenta los sentimientos de la persona que comparte esos momentos, evitaría muchos malentendidos.

Cuando mi madre terminó, sentí que para ella había sido una liberación, el hecho de que alguien la escuchase parecía darle paz.

El silencio se hizo nuevamente, mi madre me miraba, ...

... impaciente y nerviosa, estaba preocupada por cómo procesaría toda esa información que me había soltado.

Yo no sabía cómo contestarle, pero sentía que ella necesitaba y esperaba que yo le dijese algo, así que más por obligación que por gusto decidí romper ese tenso silencio que se había producido entre nosotros.

Yo: “mamá, no sé qué esperas que te diga exactamente, me encanta que por fin te sueltes y confíes en mí, es lo mejor de todo, pero reconozco que me has dejado helado, lo que me has contado, es simplemente impresionante, alucinante, y todo en un fin de semana… estoy seguro que habrá muchísima gente que en toda su vida sea capaz de cumplir esos deseos y tú en dos días lo has hecho…”

Sentí que en ese momento me estaba calentando, y no era lo que mi madre quería oír, en su cara se reflejaba una mueca de duda e incluso miedo, así que decidí cortar, no era el camino correcto, y podría generarle dudas a mi madre, así que me tranquilice y decidí ir por la vía anterior.

Yo: “Eso sí, a pesar de estar todavía digiriendo toda esta información que acabas de compartir conmigo, quiero que tengas muy claro que cómo te he dicho antes solo quiero que seas feliz y por lo que me cuentas, para ti el sexo es muy importante e incluso necesario... Por lo que por mi parte me parece muy bien y te animo a que no pares, a que lo sigas disfrutando si eso te hace feliz…”

Aquí hice un nuevo paréntesis, tenia algo desde el sábado que me rondaba la cabeza y algo me decía que era ahora o ...