El confidente de todos (5)- la visita al pueblo - Relatos Eróticos

El confidente de todos (5)- la visita al pueblo

... fuera de sí, mordisqueando y pellizcando los pezones de mi pobre e indefensa tía.

Yo me fui apartando, hasta que ya no era visible para mi abuelo que estaba a piñón fijo disfrutando sin ningún remordimiento de la esposa de su hijo.

Así que decidí darle la misma medicina que me había dado a mí.

Saqué el móvil con mucho cuidado y comencé a grabar lo que estaba pasando, me acerqué cuidadosamente hasta que tuve una imagen clara de la cara de mi tía y de mi abuelo y me marché de allí.

Si mi abuelo quería chantajearme yo también lo podría hacer, estaba tan ensimismado en mancillar el cuerpo de mi tía que ni siquiera se dio cuenta de que lo estaba grabando.

Mientras salía mire el vídeo, se veía nítidamente lo que estaba pasando y sus personajes.

Además, recordé que también tenía algo con mi madre y si la abuela se enterase dudo que le hiciese gracia.

Así que con esos pensamientos salí de la casa, algo más tranquilo sabedor de que no estaba en las manos de mi abuelo, indefenso esperando a que me pidiese el favor.

Algo me decía que ese favor tendría que ver con mi madre, así que tampoco quería mostrar mis cartas guarde el vídeo en el móvil y según sus intenciones ya vería si lo utilizaba o no.

Después de un rato, en el que ya estaba más tranquilo, recordé que Jorge y mi madre se habían ido juntos y cuáles eran las intenciones de mi primo.

Sabía a donde habían ido, así que casi sin darme cuenta me vi corriendo en dirección a dónde se supone que deberían ...

... estar, tampoco había pasado tanto tiempo y con un poco de suerte seguirían por allí.

Cuando estuve cerca del lugar deje de correr, mi cabeza iba a mil, mi corazón parecía que iba a salirse del pecho de un momento a otro, la verdad que había llegado hasta allí pero no tenía un plan concreto ni sabía que hacer, entonces recordé que mi primo me enseñó hace tiempo que esa cueva tenía otra entrada, más estrecha por detrás y para lo que quería mucho mejor ya que debido a la falta de luz podría observar y oír lo que pasaba en la cueva sin ser visto, así que nuevamente me vi corriendo en busca de la entrada.

No tarde mucho en encontrarla y me adentré en ella, mi nerviosismo y excitación hicieron que me envalentonara y entrase sin pensarlo dos veces, una vez dentro la sensación cambio, todo estaba muy oscuro, húmedo y frío, la verdad es que me empecé a agobiar, y si me había equivocado de gruta, y si no tenía salida o había algún animal.

Esas ideas se agolpaban en mi cabeza mientras me adentraba a oscuras, mi ritmo disminuía a la vez que sentía como la cavidad también se estrechaba, ambas paredes cada vez se juntaban más.

Más de una vez me vi tentado de salir, de dar marcha atrás, pero en ese momento una brisa acompañada de un leve murmullo, me dieron alas y esperanza, al menos no me había equivocado, esa era la entrada y por lo que se ve aún estaban allí.

Conforme me acercaba los podía oír de manera más nítida y ver con más claridad, por la voz había reconocido a mi ...