El confidente de todos (5)- la visita al pueblo - Relatos Eróticos

El confidente de todos (5)- la visita al pueblo

... primo, y por las siluetas que veía a lo lejos al menos tres o cuatro chicos y una mujer, que supuse que sería mi madre.

No tarde mucho en comprobarlo, efectivamente era mi primo y sus tres amigos con mi madre, desde una posición privilegiada podía observar todo y oír lo que decían sin ser visto, el único inconveniente era la humedad y el frío que sentía que me hacían castañetear los dientes.

Pero pronto el frío se pasó, mi mente oídos y vista estaban centrados en lo que estaba pasando en esa cueva, ¿Que hacia mi madre allí? ¿Acaso no conocía la fama de esos gamberros que mi primo tenía por colegas?

La verdad es que me quedé helado, no me lo podía creer, ahí estaba mi madre con cuatro salidos riendo y hablando distendidamente como si se conociesen de toda la vida, de cosas triviales.

Y lo peor de todo es que cuando me fijé mejor vi que todos estaban bebiendo alcohol, y mi madre tenía un vaso en las manos y un porro en la otra, y alternaba un trago y una calada de manera normal.

Mi madre estaba por ese momento muy relajada y distendida, bebiendo y fumando y sin parar de reír, mientras los amigotes de mi primo se miraban entre sí y se relamían imaginando todo lo que le iban hacer a mi pobre madre, mientras el inútil de Jorge decía chorradas y gilipolleces para agradar y ganarse el afecto de sus colegas.

En ese momento se me ocurrió que mi madre como un corderito se había metido voluntariamente en la boca del lobo.

Pronto la situación dio un giro, los ...

... amigotes de mi primo que hasta ese momento habían reído las tonterías de mi primo decidieron pasar al ataque, y mientras mi primo pasaba a un segundo plano mi madre pasaba al primer plano, a la actriz principal, aunque no creo que ese papel lo hubiese dejado en ningún momento.

El que llevaba la voz cantante era el cabecilla de los amigos de mi primo, Guillermo toda una figura, un auténtico personaje, un macarra atractivo, físicamente fuerte y con lengua mordaz que comenzó a dorarle los oídos a mi madre sobre lo guapa que era, lo joven que se la veía y todas esas chorradas.

A mi madre le parecía hacer gracia e incluso diría que le gustaba que la adulasen, que un jovencito atractivo como Guillermo se sintiese interesada por ella.

Los otros dos compinches se miraban entre sí excitados riéndose y afirmando todos y cada uno de los comentarios de su líder, eran otros dos pintas, también con cuerpos fornidos y esculpidos en gimnasio, un par de caraduras que siempre estaban juntos, uno era Jesús rubio de ojos claros y el otro Julio, la doble jota como los conocían en el pueblo, totalmente diferentes pero combinaban bien, siempre dirigidos por Guillermo.

Y mi primo que les había puesto en bandeja a mi madre, una MILF espectacular y sedienta de sexo, estaba ahora tras esos macarras sonriendo como un bobalicón sin que nadie repare en él.

Guillermo:” Lourdes la verdad es que tienes uno cuerpazo de infarto, porque no te das la vuelta para que nos deleitemos y podamos disfrutar de ...