Una Buena Ocasión 1 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 1

... a agarrar los pechos y le dijo al oído, empujando más su polla:

-¿Quieres otro rapidito?, tenemos media hora.- y se dejó caer un poco para que se le saliera, con Damián riendo y su hermana diciéndole:

-¡No, no!, ya está bien tío, ¡demasiado hemos hecho!.- y salió de la habitación tapándose y subiendo sus pantalones, muy avergonzada de lo que había pasado.

Damián sentado en la silla, se frotaba los ojos y se daba golpes en la cabeza alucinando con lo que había hecho. Pero paro, miro su polla algo roja de sangre y sonrío al caer en la cuenta de que ya no era virgen, y de que esta vez no había sido un sueño. Y se fue a la ducha con la cabeza alta y con sonrisa de tonto, como si todo fuera normal.

Berta se lavaba en el bidet pensando en lo que había pasado, y vio caer un hilillo de baba que le caía de la boca abierta, saliendo de su ensoñación y sonriendo alucinada del los orgasmos que había tenido, y del trato recibido que la había puesto mucho más cachonda de lo habitual.

A la mañana siguiente tenía el mismo sabor de boca salado, que sin saber que era, pero le gustaba. Se sirvió su café y volvió a buscar algo que no sabía que era, cuando entro Berta y se sirvió su leche de avena sin dirigirle la palabra. A Damián esto le enfado mucho, y se le acercó, le cogió de los pelos y le dijo a la cara:

-Dos orgasmos de lujo ¿y te enfadas conmigo?, ¡perra! ¡Plash! ¡Plash! -le abofeteo los pechos y la beso, con ella correspondiéndole y abrazándole bien pegada a ...

... él.

Había meditado lo que paso la tarde anterior, no estaba nada bien, pero le había dado dos orgasmos increíbles, y follado el culo aguantando mucho más que los demás chicos que se lo habían follado. No se pudo resistir a ser suya, si eso le proporcionaba esos orgasmos y polvazos.

-Mucho mejor, así cada mañana, o te llevo al baño y te enteras, ¡puta!.- le dijo soltándola y atrayéndola a su pierna.

-Perdona.- le dijo con una vocecilla, notando como le sobaba el culo bajo su ropa y la volvía a poner cachonda muy rápido.

-Y ya puedes dejar al marica con el que estes, ahora eres mía ¿entendido?.- le dijo mordiéndole un pecho sin miramientos, que la hizo dar un salto para que le colara la mano en sus partes. Y asintió sonriendo otra vez, tragando saliva deseando que la follara allí mismo.

Le señalo la mejilla, y ella le dio un beso, le señalo el cuello y obedeció. Notaba sus dedos escarbar en su ropa y meterlos en su coñito con fuerza. No entendía que pasaba, pero le encantaba este nuevo tipo de sexo ,aunque fuera con su hermanito.

-¿Otra mañana de cariñitos? Luego te quejas de que va salido.- le dijo Lucia al verla darle besos.

-Estamos haciendo las paces, ayer nos peleemos.- le dijo Berta sonriendo.

-A bueno, si es por eso…- le contestó sin darse cuenta de los pezones duros y la cara de goce de su hermana.

Damián le metía y sacaba los dedos como podía, y decidió dejarla, notando como lo intentaba impedir su hermana, gozando como estaba. Pero le miró, y le vio ...