Noche verano
Fecha: 27/01/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Pieldemanzana, Fuente: TodoRelatos
... llevé a mi garganta, hasta sentir arcadas, quería ahogarme con aquella polla de aire.
Mire hacia arriba y sus ojos estaban cerrados, lo lamí esperando ver gemidos salir de su boca , su respiración era agitada.
Nunca supe cuánto rato estuve allí, pudieron ser minutos ,horas o días, no lo sé. Solo el impacto de su semen en mi boca me devolvió un tanto a la realidad. Estaba caliente y era espeso. Corrió por mi barbilla hasta llegar a su muslo. Lo mantuve en mi boca hasta que dejó de latir.
Me levante y lo besé, quería compartir con él su propio sabor. No sé porqué lo hice, solo lo hice ,y él no dijo nada, abrió su boca y me dejó meter mi lengua. Creo que ambos estábamos sintiendo los efectos de la maría.
Me apoyé en su pecho hasta que tuve la impresión de que volvía en sí.
La habitación me era extraña, como si no la reconociese. Todo era extraño. Parecía como si no fuese real nada a mi alrededor. Solo aquella respiración de su pecho se sentía real. Me sentía flotar. No me importaba nada, ni el tiempo, ni quien era Mikel, ni mi hermano, que pronto llegaría de estar con sus amigos de fiesta. Nada, solo me dejaba llevar por aquella extraña sensación etérea.
Sentí su mano en mi pelo, acariciante, como si me estuviese tocando con una pluma. Un beso en mi cabeza, su respiración caliente cerca de mi oído.
Levante la cara y volví a besarlo. Acaricie su pecho con la mano mientras sentía su lengua hurgar en mi boca. Por un momento sentí vértigo pero lo ignoré y ...
... seguí apretando mi boca a la suya.
Miré hacia abajo y su miembro volvía a tomar consistencia. Esta vez fui yo quien lo empujó hasta dejarlo tumbado en el sofá.
Baje mi boca a sus pezones, sentí chocar contra mis tetas aquella dureza. Con mis manos la introduje entre ellas. Era delicioso sentirla rodar de una a otra, rozar mis pezones con aquél glande enrojecido. Me excitaba verme dominar la situación.
Me puse de rodillas ,sin abandonar mi masaje pectoral en su miembro. De vez en cuando bajaba la cabeza para dar cortas lamidas en su punta, mojarlo de saliva y volver a hundirlo entre mis pechos. Sus gemidos se acentuaban con cada apretón de ellos.
Cuando sentí algo de incomodidad en mis rodillas, me puse en pie para sentarme sobre aquel trozo de carne caliente y ya lubricado por mi saliva. Lo conduje hasta mi vagina y me fuí sentando lentamente hasta notar sus muslos contra los míos. Tomé sus manos para llevarlas a mi pecho. Mi cabeza parecía seguir empeñada en hacerme sentir flotar, mientras comenzaba a cabalgarlo a mi ritmo.
Me incline hasta dejar mi pecho al alcance de su boca. Su lengua en mis pezones era el detonador para hacer estallar el control que hasta ese momento tenía de mi cuerpo y de mi mente.
Mi cabalgada se descontroló. Su verga me arrancaba placeres extraños, no sabría como clasificarlos, me daba la impresión de que no era yo, era otra persona pero ,de alguna manera , estallaba en mi mente aquel tornado de placer.
Creo que perdí totalmente mi ...