El nuevo maestro del pueblo (7)
Fecha: 28/01/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... gruesos labios y lo engulló como si fuese un suculento helado. Sentí sus labios avanzar con rapidez por el tronco venoso a la vez que no dejaba de mover su carnosa lengua lamiendo toda la carne que encontraba. Estaba claro que se había comido unas cuantas pollas, y el tamaño no parecía importarle. Me pareció increíble con la facilidad que se la tragó entera, con unas succiones espectaculares. Logró que todo mi cuerpo se tensara cuando con toda la polla dentro de su garganta me apretó los huevos con suavidad.
Dejó de chupar al notar que mi culo se despegaba del asiento y mirando hacia arriba me dijo.
- Espero que no te corras a la primera chupada. Quiero un buen rato esta polla horadando mi cuerpo.
Se levanto del sillón y nos fuimos hasta la mullida alfombra. Se deshizo de la ropa interior quedándose completamente desnuda y yo me quité el ridículo tanga. En ese momento vi su coño depilado de finos labios y vulva rugosa. Cuando se tumbó boca arriba y se le abrió de piernas contemple ese cuerpo de delgados muslos y tetas esparramadas. No era una visión excitante y me tumbé sobre ella con rapidez. Tenía que follármela sin pensar demasiado. Oriente la polla entre la arrugada vulva y sentí como si me la succionara. Del primer envite se insertó hasta la mitad.
- Ahhh, dios, que gustazo! – Exclamo aferrando sus manos a mi espalda.
Noté su aliento excitado sobre mi mejilla, y como movía la pelvis con un ansia desbordada. Noté que no quería besos, tan solo follar, y ...
... eso hice. Comencé a moverme despacio pensando que la podría hacer daño, pero al tercer movimiento de pelvis mi polla entró hasta el fondo.
- Ahhhh! – Un largo suspiro lleno mi oreja con su aliento húmedo.
Noté como clavaba las uñas en mi espalda y comencé a bombear. Un gemido tras otro surgía de su boca a cada empujón que le daba. Era lo único que rompía el sonido de la madera crujiendo al quemarse. Pasaron dos largos minutos de suaves embestidas hasta que su cuerpo tembló y me clavó las uñas con más fuerza. Supuse que se estaba corriendo, aunque no noté más fluido dentro de su vagina. Fui a parar, pero me exigió que siguiese.
- No pares, sigue, sigue!
- No te has corrido?
- Si, pero quiero más!
Volví a bombear, pero ahora sin contemplaciones. Mis embestidas se hicieron más potentes y sus gemidos más sonoros. Le metía la polla con fuerza, con ganas de reventar esa vagina vieja y holgada, pero la muy zorra aguantaba sin ninguna queja, incluso podía sentir que esa potencia la excitaba más.
Me olvidé de quien era y de lo que me jugaba con el placer de esa mujer, y comencé a embestir con brutalidad pensando en follármela por el culo cuando se corriese de nuevo dado la poca seducción que me producía su coño. Otro par de minutos más de embestidas brutales hicieron que se corriese por segunda vez con fuertes espasmos y contracciones de su cuerpo. Con una sonrisa escondida la susurré en la oreja.
- Quieres más?
- Ahhhg, sí, pero espera que me recupere.
- ...