Proyecto Imperium: Un Hermano Controlador
Fecha: 30/01/2025,
Categorías:
No Consentido
Autor: Atlas, Fuente: TodoRelatos
... vez. Alejandra estaba ya totalmente cachonda y no podía quedarse quieta.
— Dese la vuelta señora.
— ¿La vuelta ahora?
— ¡No discuta y gírese!
El inesperado tono autoritario la sobresaltó, pero se dio la vuelta, ahora se sentía mucho más expuesta con los pezones apuntando al techo. El masajista la miraba con aire chulesco.
— Ya sé el tratamiento que necesita, quietecita que ya me encargó yo.
El hombre colocó una pequeña toalla tapándole los ojos. Alejandra a pesar de la vergüenza que sentía no se atrevía a decir nada.
Se apoderó de sus tetas, apretándolas y soltándolas alternativamente se las amasó un largo rato y jugó con sus pezones hasta que a ella le dolieron.
— Tienes las tetas hinchadas de lo ansiosa que estás. — El hombre le agarró el coño por encima de las bragas.
El coño te está chorreando, he visto muchas mujeres calentarse con el masaje, pero lo tuyo va mucho más allá.
La despojó de las bragas y empezó a sobarle el coño, ella llevada por el placer abrió más las piernas. Los dos dedos que clavó en su interior hurgaron buscando su punto G. Un punto G sobreestimulado por los nanobots e hipersensible a cualquier estímulo. El hombre sabía lo que hacía y pronto Alejandra encadenaba orgasmos sin control.
Cuando el fisioterapeuta paró, la mujer se quedó acurrucada en la camilla intentando recuperar la respiración, la empapada toalla que tenía entre las piernas daba una idea del número de orgasmos que había tenido y la intensidad de los ...
... mismos.
— Como trabajador del complejo no puedo hacer nada más por ti, pero te dejaré una tarjeta con mi número particular, llámame y te demostraré como se trata a una puta como tú.
El masajista se marchó, Alejandra se metió en la ducha, se enjabonó cuidadosamente y permaneció un largo rato bajo los chorros de agua. No se reconocía a si misma, se había sentido totalmente fuera de control, hubiese hecho cualquier cosa que el hombre le hubiese pedido. Había aceptado lo que él le había hecho sin ofrecer ninguna resistencia, más bien al contrario.
Cuando salió del baño envuelta en una gran toalla Alfonso estaba esperándola sentado en el sillón, la cogió en brazos y ella le abrazó mientras se dirigían al dormitorio.
La llevó hasta la cama y la deposito con suavidad sobre la colcha, se tumbó a su lado y se besaron como adolescentes. Alfonso le quitó la toalla y empezó a besarla, desde la garganta bajo hasta sus pechos, lamió y mordió sus pezones haciéndola retorcerse.
Alfonso bajo por el cuerpo de la mujer besando cada centímetro del recorrido, se detuvo a jugar con en el ombligo donde metió la lengua haciéndola girar. Ella acariciaba su cabeza. El camino de la boca continuó bajando esquivando el suave y escaso vello del pubis de la mujer hasta llegar a su objetivo.
Separó con los dedos los rosados labios de su coño y empezó a tantearlo con suaves golpecitos de la lengua, está tan blando y húmedo que cualquier mínimo toque lo hace vibrar. Al rozar su clítoris se encoge ...