1. El hombre de la Casa 10: Confirmación


    Fecha: 31/01/2025, Categorías: Incesto Autor: Kurosko, Fuente: TodoRelatos

    ... Julia se acercó a mí para besarme la frente antes de irse y Raquel me besó la mejilla. No dejaba de mirarme de reojo mientras se dirigía a la puerta. Ésta se cerró y si el día anterior me había sentido solo, esa mañana no pude más que sentirme completamente abandonado. Me la pasé viendo la tele y más tarde, busqué porno en el celular para liberar un poco de tensión, todo parecía indicar que la manuela volvía a mi rutina, después de tantos meses viviendo una fantasía que ahora no parecía nada más que un sueño guajiro.
    
    Dormí una siesta después de vaciar mis municiones un par de veces, el reloj marcaba las 3. Me puse a recoger el cuarto y tras recoger mi ropa sucia, decidí hacer lo mismo con la de las demás. Dejé el cuarto de Raquel para el final y justo debajo de sus peluches, vi una hoja de papel. No estaba oculta, parecía más bien colocada para que la pudiera ver. Era un trozo de hoja de libreta, reconocí la letra de la dueña del cuarto.
    
    “No funcionó. Todavía me gustas”
    
    Decir que el alma me volvió al cuerpo y que mi pecho se llenaba de un calor indescriptible es quedarme corto. Grité de alegría, mis puños estaban en el aire y estoy seguro de que mi sonrisa no habría cabido por la puerta si hubiera salido a correr por toda la casa como fanático de algún equipo que ganó un mundial. Me habían inyectado algo en el torrente sanguíneo, porque ni me di cuenta en qué momento había metido la ropa a la lavadora y había preparado la lasaña que se estaba calentando en el horno ...
    ... cuando la puerta de la calle se abrió. Mi corazón dio un vuelco y corrí de inmediato al recibidor para encontrarme con una Raquel que me miraba sonriente mientras sacudía el trasero como un perro cuando está contento.
    
    Brincó hacia mí y me rodeó con sus brazos y piernas mientras nos fundíamos en un beso que se sentía como si hubiéramos vuelto a vernos después de mucho tiempo. La experiencia de limpiar el sofá me había quitado las ganas de volver a mancharlo y, aunque no fue fácil, subí las escaleras con ella aferrada a mí como un koala y ambos no parábamos de reír como tontos. Ella se bajó de mí al llegar a la planta alta y nos dirigimos a mi cuarto. Me hizo recordar las veces en el hotel en las que nos desprendíamos de nuestras prendas conforme nos acercábamos a la cama. La mía era tamaño individual, pero la euforia fue la misma que en aquella habitación pagada. Ella se lanzó directo a mi verga, que estaba dura desde hacía rato y sólo esperaba su boca para terminar de erguirse por tercera vez ese día. Me hizo acabar en cuestión de minutos y su expresión al percatarse de que mi carga no era lo que esperaba me pareció adorable.
    
    —¿Te la jalaste?
    
    Tuve que explicarle lo que pasó antes de leer su carta.
    
    —No sabía si decírtelo en la mañana, creo que Julia va a molestarse si se entera. Pero no he pensado en nada más que en tu verga desde que me levanté esta mañana —Sus caderas comenzaron a restregar su raja húmeda en mi amigo, que luchaba por no ablandarse tras haberme ...
«12...456...10»