El hombre de la Casa 10: Confirmación
Fecha: 31/01/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Kurosko, Fuente: TodoRelatos
... vaso—. Esto de ver a mi hija en pelotas no es algo sencillo.
—Pero tampoco es para que te sientas mal al respecto, es algo natural.
Yo había entendido que mi hermana se refería a sus actividades nudistas, pero hubo un lenguaje oculto que se escapó por completo de mi radar, estaban hablando de lo que ambas habían hecho, ella en la sala y nuestra madre, en privado. Raquel movía sus dedos índice y anular al sostener su vaso y mamá abrió los ojos como platos antes de vaciar su vaso y tener la excusa perfecta para levantarse del sillón.
—Sí lo hizo —susurró a mi oído, asegurándose de que mamá no escuchara.
Aquello también estaba siendo demasiado para mí, ahora que mi erección se había calmado no tenía ganas de que volviera a suceder y fui a lavar el tazón.
—Voy a ir preparando la cena.
—No hace falta, Julia va a traer comida china.
—Ah, bueno. ¿Ya va a llegar?
—Quién sabe, le dije que me avisara cuando viniera para acá. No quiero que vea a tu hermana así.
—Ya nos vio.
Esa frase, esa bomba, algo que hubiera pensado que sería dicha por Raquel, salió de mi boca. El vaso cayó de la mano de mi madre y por suerte fue sobre la encimera. Evité todo contacto visual mientras el silencio aún me permitía agarrar con rapidez el vaso y lavarlo en la tarja, tras lo cual, pude contemplar la palidez y la mirada perdida en su rostro. Raquel estaba aferrándose al sillón mientras nos observaba, atenta a cualquier reacción, si fuéramos niños, se hubiera llevado las ...
... palmas a las orejas como cuando mamá y Julia discutían cuando ella era adolescente.
Ella se llevó la mano a la frente y comenzó a hacer círculos con su índice en la mejilla. No me cabía la menor duda de que ambos estábamos a salvo ya, pero eso no significaba que la situación no requiriera ser manejada con pinzas. Al no ver alguna reacción, decidí ir preparando la mesa y Raquel se me unió. Terminamos y aún nada, le indiqué a mi hermana con la mirada que subiera y se prepara antes de que llegase Julia, a lo que ella accedió no sin antes intentar convencerme de lo contrario. Todo permaneció en silencio, yo esperé sentado a que Raquel bajara, ya vestida y también tomó asiento.
—No quiero que los vuelva a ver Julia. No tengo palabras para ella si me llega a preguntar, ¿OK?.
Ambos asentimos en silencio. Ella resopló y volvió a tomar su vaso para llenarlo con Coca del refrigerador y sentarse junto a nosotros. Era sorprendente que hasta mamá parecía tenerle cierto grado de respeto superior a su hija mayor y un casi miedo a cómo ella podría reaccionar.
—Ya me dijo Raqui que se están protegiendo, no espero menos de ti —me dijo mientras me acercaba el vaso de refresco. Tomé un sorbo antes de asentir—. No soy quien para decirles qué hacer o no, ya están grandecitos los dos. Ni me interesa ser abuela ni quiero ser alcahueta. Si salen con su “domingo 7”, tendrán que arreglárselas ustedes solos, ¿está claro?
Esta vez, el vaso fue a Raquel, ambos asentimos y ella tomó su trago. Y ...