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Entre la arena y el agua, Coronas
Fecha: 01/02/2025, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... justo para que se los sacara por los muslos blancos y fuertes. y quedara solo con la escasa braguita del bikini. Besé su piel alrededor del breve triangulo de tela que me ocultaba su coño. - ¿Es tu primer coñito?. - Si, preciosa. - No hay prisa, disfrútalo. Ella misma se lo sacó para permitirme el libre acceso hasta la mas rica almeja que probaron mis labios. Abrí los que ella tiene allí con los dedos no sin antes lamerles de la sal del mar con mi hambrienta lengua que no tardó en introducirse lo más que pudo en la húmeda y caliente gruta de la que brotan todos los placeres. Jadeaba así que debía estar haciéndolo bien. Encontrando su clítoris al que dediqué grandes atenciones y caricias. Para ser la primera vez que chupaba un coñito no debía estar haciéndolo mal pues ella me regalaba los oídos con los más ardientes suspiros y gritos de goce de los que había disfrutado en toda mi vida. Yo entre sus piernas todavía conservaba el tanga completamente húmedo por mis propios jugos. - Me he corrido, cariño. Bésame. Ella lo agarró y me lo saco por las piernas dejándome totalmente desnuda a su vista. Me cogió de los sobacos y me izó con suavidad hasta que mi cara volvió a quedar a la altura de la suya y volvimos a unir nuestros labios en un cálido y apasionado beso. Ella disfrutó su propio sabor en mis labios. - Me gustan tus caricias. Deslizaba las manos por todo mi cuerpo. Mi espalda, las piernas y pronto el triángulo de vello negro bien recortado que me ...
... dejó encima de mi pubis y el organo de placer que ese pelo apenas esconde. No me depilo del todo. Con sus dedos abrió un poco la entrada y comenzó una lenta penetración sin olvidarse de acariciar por el camino el clítoris. - Dijiste que te gustan los chicos. Dijo con una risita. Con uno de los dedos de la otra mano alcanzó el agujero de mi ano que también forzó para completar esa consentida iniciación lésbica, que cada vez me proporcionaba más placer. Desde luego no era virgen por el culito y me encanta sentir algo duro y caliente allí dentro. Incluso puso pasar la lengua durante un rato por mi ano. Pedí la cuenta de las corridas. Sabia que la estaba mojando los dedos, una y otra vez, igual que ella se estaba corriendo en mi mano que no había dejado de masturbarla, y por las apariencias dándole tanto placer como ella a mi. - Sigue preciosa. Mi otra mano acariciaba sus pechos y retorcia sus pezones claros y grandes con el pezón duro y marcado. Se inclinó sobre mi pecho para besar mis tetas y se metió mis oscuros pezones en la boca que mordisqueó suavemente. Me estiré para alcanzar el cajón de la mesilla. Allí guardaba uno de mis juguetes, un vibrador de silicona anatómicamente bastante correcto. Lo había llevado por si no conseguía ligar o como complemento si la otra persona lo admitía. El motor es bastante silencioso así que cuando lo encendí Coronas no se enteró. Solo se dio cuenta cuando empecé a pasarlo con suavidad por la piel de su espalda bajando ...