Vacaciones a solas
Fecha: 06/02/2025,
Categorías:
Gays
Autor: falocrata1, Fuente: TodoRelatos
... amenizaran las horas muertas. La noche alternó el tópico vacacional y acudió en busca de ritmo a la zona fiestera, donde la música de las discotecas era la reina. Anduvo a la caza de alguna que le llamara la atención en busca de una velada larga llena de emociones y, si tal, alguna compañía con quien amenizarla. Se decantó por una que por dentro era todo neones y focos de colores que barrían la oscuridad y a las decenas de jóvenes que se movían al ritmo de la música ensordecedora. Las luces ultravioleta transformaron el blanco de su camisa y pantalones, ambos de manga corta, en un violeta pálido que le transformaba en un ser venido de otro mundo.
Con un vaso en la mano se dejó llevar por el ritmo irrefrenable. Sus pasos se movían al compás de lo que transmitían sus oídos mientras sus ojos inspeccionaban el local. Había una buena y variada selección de chicos y chicas que copaban cada centímetro sin dejar apenas espacio para moverse libremente. Algunos se podían mover a base de buscar brechas minúsculas, de abrirse paso con el espacio material de sus cuerpos y de leves choques y accidentes. Las horas desaparecieron con una sutileza tenue, como si el tiempo no existiera, y solo se podía calcular de manera vaga por las copas consumidas. Felipe no entabló conversación con el primer chico hasta la tercera, con la mala suerte de que juzgó mal el libro por su portada. El segundo no adolecía un aspecto estereotípico pero también resultó en un tiro errado por hallarse su novia ...
... justo a su lado. El tercero prefería olvidarlo y, declarada su falta de criterio, se acodó en la barra para dejar pasar el resto de la noche.
El cansancio se acumulaba y ya pensaba en volver a su habitación cuando un chico de buen ver se acercó a pedir una bebida y se colocó justo a su lado.
-Tres chupitos, por favor-pidió al camarero.
Felipe aprovechó la coyuntura para echar una mirada granuja. Era alto y tenía un talle abultado que definía las curvas de su camiseta. Sus piernas, desnudas hasta las rodillas y sin vello, parecían las de un corredor. La corta melena dorada que lucía le confería un aire arrebatador. Por su posición no podía inferir su atribución pero tenía unas buenas nalgas que le encantaría sobar. Aunque creía ser discreto con su mirada, aquel probó no ser el caso.
-¿Te gusta lo que ves?-inquirió el halagado, girándose hacia él.
Gracias a la oscuridad no se podía notar el rubor que al instante creció como una erupción en el rostro de Felipe. Avergonzado, desvió los ojos hacia el suelo.
-¿Cómo te llamas?
No era una mala reacción. Había que aprovechar la oportunidad.
-Felipe…
-Yo soy Héctor-respondió-. ¿Te gusta lo que ves, Felipe?
Y tanto. Más que Héctor, debería ser Aquiles.
-Mucho. Estás muy bueno.
-Gracias. Tú tampoco estás nada mal.
Acompañó sus palabras con un guiño seductor que encendió las llamas de la lujuria de Felipe como un pirómano.
-¿Quieres venir a mi habitación de hotel y terminamos la noche allí?
-Me ...