¿Por qué a mí? Capítulo 46 - Relatos Eróticos

¿Por qué a mí? Capítulo 46

... sabes controlarte, no sabes apreciar la preocupación de las personas. – Me sostenía contra la cama de mis hombros.

– ¿Qué no ves?; yo me preocupo por ti también por qué me interesas mucho, me preocupas, quiero entenderte, pero también saber ser comprensivo con tus padres, ellos cuando me pidieron que te estuviera cuidando en los momentos de tu estado en coma, se mostraron muy amorosos y preocupados y accedí a cuidarte sin ningún interés económico. – El semblante de Alan cambiaba; sin embargo comenzaba a sentirme extraño, pues recordaba que Flavio me decía que él no le caía bien y pues creo que por esto era, por la actitud que está tomando ahorita.

– Job me he sentido atraído por ti, pero la actitud que tomas no es la correcta menos con tu mamá que es a quién he comenzado a tomarle cariño, no sé si debería preocuparme más por ti o dejar de hacerlo. – Alan hablaba sincero.

– Yo sé que soy culpable de lo que me ha sucedido, pero una cosa es muy diferente lo que me pasó a las actitudes de mis padres; mira Alan no entiendo tu preocupación, tenemos poco menos de un mes de tratarnos y platicar, aunque sí no niego que me atraes también, primero debes estar más de mi lado que la de mis padres pues seguramente no te han dicho que antes se comportaban erróneamente y peleaban de todo, discutían y éramos una familia disfuncional y la seguimos siendo; Alan, gracias por lo que hiciste ahorita, pero creo que mejor debes dejarme solo. – Le decía resistiendo las ganas de ...

... llorar.

Alan Alejandro no me decía nada, se apartaba de mí tomaba las cosas que había utilizado, las colocaba en los recipientes de deshechos y se salía indignado y molesto. ¿Qué rayos sucede con la gente?, por qué se enojan y molestan conmigo, acaso yo pedí ser homosexual y que un tipo se aprovechara de mi vulnerabilidad para infectarme del virus de inmunodeficiencia humana, ¿fue esto lo que yo pedí?, ¿yo tenía que vivirlo por qué así Dios lo dispuso?, son preguntas que me confunden mucho el hacerlas y creo que el aclararlas peor.

Media hora después entraban unos enfermeros para llevarme a cirugía, alistaban la cama y comenzaban a moverla; en lo que me trasladaban, en mi paso por los pasillos lograba ver a Aníbal y él me veía a mí, se asombraba de verme e intento acercarse, pero fue demasiado tarde pues me ingresaban al elevador y quedábamos a la espera de vernos; sí es que despierto de la anestesia; y así poder charlar.

Entrando a quirófano me preguntaban si estaba nervioso y pues la verdad dije que sí, sin embargo el equipo médico me brindó una calma única, sonreí, suspiré y después de darme unos segundos para concentrarme, me anestesiaron; pensando que iba a tener sueños en mi Limbo, no fue así. La cirugía estaba marchando bien; aparentemente; pero debido al problema con mi coagulación, estaban metiéndome sangre unidad por unidad; tras ver que sólo quedaba una unidad disponible, la doctora solicitó al enfermero que pidiera en banco de sangre otras cuatro unidades, pero; ¡ah ...