La profesora de autoescuela (5ª parte y final) - Relatos Eróticos

La profesora de autoescuela (5ª parte y final)

... note que la Ama se ponía de rodillas tras de mí, sus tetas se apretaban contra mi espalda. Sus brazos me rodearon, sus manos primero me empezaron a magrear las tetas. Perdí un poco el ritmo con la boca pero seguí. Al poco rato su mano derecha se fué desplazando hacia abajo, barriga, ombligo y se coló dentro de mis bragas de cuero. Noté un chispazo cuando me atrapó el clítoris entre su pulgar e índice. Dió un par de apretones un poco dolorosos, pero luego lo empezó a acariciar con maestría. Supongo que lo primero era para ponerlos sensibles, porque sentía cada roce de las yemas de sus dedos lo sentía como si estuviera envuelto en llamas. Notaba mi barriga como se contraía de forma involuntaria y, antes de poder evitarlo, estallé en mi primer orgasmo. La Ama metió un par de dedos dentro de mí, los mojó bien en mis flujos y se los llevó a la boca.

Cariño, la perrita parece que se ha hecho pipí. Que cochina -. dijo con voz melosa.- Vamos a tener que castigarla.

Tiró de la cadena y me alejó de la polla. Yo no me quería alejar, quería notar su corrida en mi garganta, pero no tuve más remedio que ponerme a cuatro patas y seguirla hasta un extremo de la habitación. Allí había una especie de potro, como los del gimnasio del cole, auqnue un poco más bajo y con varias anillas.

Vamos perra mala. Ponte aquí.

Me puse en pie y, guiada por la Ama, doblé la cintura apoyando el pecho en el potro. En ese momento lo vi claro, la forma y altura era perfecta para poner mi culo en ...

... pompa. Evidentemente nunca me habían follado por allí, pero en lugar de darme miedo, no pude evitar empezar a moverlo invitando a su penetración. Era una perra en celo. La Ama me tiró las bragas para abajo, noté una sensación muy placentera cuando la polla de plástico que llevaban las bragas enganchadas salió de mi ojete.

Mira que tenemos aquí. - dijo enseñándoselo al Amo. Lo olió cerrando los ojos, sonrió y lo tiró a un lado.

Luego se agachó a engancharme las tobilleras a las patas del potro, y después, de pié, me hizo estirar los brazos hasta que pudo sujetarlas muñequeras a las anillas que había al final. Estaba cómoda, pero solo podía mover con cierta libertad la cabeza. La Ama se puso frente a mí, y lentamente, para que lo viera bien, se puso un arnés con una polla de color negro muy grande. Se ajustó las cinchas y me la metió en la boca. Cabía pero tenía que abrir la boca casi al maximo

Perrita, ya la puedes chupar bien, porque como has sido una mala niña te voy a tener que meter esto en el culo y si no está bien mojadita va a costar.

Coño, de golpe se me pasó un poco la tontería. Esa polla era muy grande. En pelis porno las había visto mucho mayores, tanto reales rollo BBC como de plástico, pero es que esta iba directa a mi culo. La chupaba dejando tanta baba como me era posible. La saliva me caía cara abajo hasta gotear desde la barbilla. Cuando me la sacó de la boca, el Amo aprovechó para colocarme una mordaza en forma de bola en la boca, sujeta por tiras a mi ...