La profesora de autoescuela (5ª parte y final)
Fecha: 06/03/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Swad Swan, Fuente: TodoRelatos
... inutil resistirse así que volví al lavabo, cerré la puerta con pestillo, y con cuidado me bajé mis nuevas bragas. Sentí una sensación extraña de placer, alivio y vacío cuando la pollita salió completamente. Lo miré y, caramba estaba un poquito manchada, que guarrada, lo limpié lo mejor que pude, me alivié el vientre y con cuidado lo volví a untar y, bragas arriba y polla adentro. Esta segunda vez la cosa fue mucho más fácil y rápida. Pues no era para tanto niñata, pensé.
Pasó el resto de la mañana lentamente, solo podía pensar en las bragas, la polla, la tarde, la Señora… todo mezclado. Eran las 12.00h cuando, harta de darle vueltas, decidí cumplir con su otra petición y bajar a verla. Me puse una falda holgada (pensé que sería lo mejor si le tenía que enseñar el trasero) y, con un toque de maldad un sujetador tipo wonderbra que me empujaba las tetitas hacia arriba, y una camisa holgada que al inclinarme dejaba ver hasta el ombligo. Me parece que estaba intentando seducir a la Señora. Bajé las escaleras, primero rápidamente, pero notaba la polla moverse en mi culo y me estaba poniendo cachonda, así que empecé a bajar más poco a poco y relajar un poco mi temperatura. Crucé la calle y abrí la puerta del autoescuela.
Al entrar, vi que dentro había un chico hablando con la señora de su examen:
Mira, lo siento Roberto, ya te dije que no estabas preparado, tu quisiste probar, pero así solo has tirado el dinero. Hola Silvia, cariño, por favor, pasa dentro que ahora me ...
... enseñas aquello.
Lo dijo con toda tranquilidad y normalidad, evidentemente el chico llamado Roberto no tenía ni idea que se refería a enseñarle las bragas con polla de plástico que tenía enterrada en mi culo, pero no pude evitar ponerme roja como un tomate.
Sí señora Rubiralta.- acerté a decir, y abriendo la puerta entré en su despacho hecha un manojo de nervios.
Su despacho era bastante grande para lo pequeña que era la recepción. Era solo un poco más pequeña que el aula donde daba las clases. La mesa era de madera sólida, de las de antes, tipo escritorio. Encima había unos pocos papeles y un portátil. Oí como despedía al chaval, después de cobrarle la próxima convocatoria, pasaba el cerrojo a la puerta de entrada y, repicando los talones en el suelo entró en el despacho y cerró la puerta. Me rodeó, acariciando suavemente mi cuello al pasar, se sentó en el sillón de su mesa y se me quedó mirando fijamente. Yo estaba super nerviosa y avergonzada (porque siempre tenía vergüenza en su presencia? Después de todo lo que habíamos hecho, la vergüenza debería de haber quedado lejos…)
Se lo enseño? .- pregunté como la idiota que soy
Ella me sonrió y asintió ligeramente. Me puse en pié y me levanté las faldas como una niña pequeña que le enseña sus braguitas a una amiga. Ella soltó una carcajada burlona. Se levantó y se acercó a mí. Me cogió la mano izquierda y la puso sobre la mesa, me rodeó, cogió la izquierda y también me la puso en la mesa. Se puso a mi espalda y tiró de ...