La profesora de autoescuela (5ª parte y final)
Fecha: 06/03/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: Swad Swan, Fuente: TodoRelatos
... mis caderas hacia atrás. Estaba en aquella pose de las películas “ponga las manos en el capó y separe las piernas”. Con sus manos en mis caderas, apoyó su pelvis contra mi culo. Noté como suavemente me restregaba su coño contra mis posaderas, masturbandose ligeramente con el roce. No pude evitar sentir un estremecimiento en mi entrepierna. Se separó y con manos ágiles me subió la falda. Luego las hizo resbalar desde las nalgas hacia adelante hasta llegar casi al coño. Se me escapó un pequeño suspiro, ya me estaba mojando. Ahora sus manos se metieron debajo de las bragas y tiraron suavemente hacia atrás, moviendo un poco adentro y afuera el consolador, provocando el escalofrío. Notaba todo mi cuerpo electrificado por aquel suave masaje en mi esfínter. Cuando la señora se dió por satisfecha, me volvió a bajar las faldas. Yo aún tenía las piernas temblorosas del orgasmo que no había llegado a tener pero casi. Se sentó en el sillón.
Ahora, ves, abre la puerta del despacho y quita el cerrojo de la entrada. Vuelves al despacho y te metes debajo de la mesa.
Que? que? .- Su mirada me hizo bajar la mía y decir.- Sí Señora
Hice lo que me pidió, cuando estaba abriendo la puerta de la entrada me pregunté y ¿qué pasa si entra alguien? con este pensamiento en mi cabeza volví al despacho, me puse a su lado sin saber que hacer. Ella separó la silla y con la mano me invitó a meterme bajo su mesa. Antes de pensarlo dos veces me puse de rodillas y me escabullí bajo la mesa. Era como ...
... estar en un escondrijo infantil. De fuera nadie me podía ver, pero no podría salir si ella no me cedía el paso. La situación era un tanto ridícula, yo era una chica mayorcita como para esconderme bajo la mesa. Ella se sentó, separó un poco la silla y ayudándose un pie con el otro, se quitó los zapatos.
Limpiame los pies bonita.- Oí que decía.
Dios, que vergüenza !! De nuevo me preguntaba cómo había llegado a esa situación. Levante la mirada suplicante para pedirle no hacerlo, pero ella levantó el pie y lo puso frente a mi cara. Podía ver su sonrisa y sus ojos brillantes de excitación, pero eso, a mi, no me ponía nada. Levanté la mano para apartarlo pero al tocarlo sentí un calambre de excitación. Eran unos pies cuidados, las uñas estaban pintadas con esmero de un color rosa fuerte, sin llegar a rojo. Eran muy suaves, así que poco a poco acerqué la cara a sus dedos, saqué la lengua y lamí la punta de sus dedos. Noté como su pie tembló un poco de excitación y eso me animó, suavemente empecé a lamer los dedos, eran suaves y estaban un poco fríos, pero no tenían ningún tipo de olor malo, olían a crema de manos. Noté que sus piernas se abrían un poco cuando me metí el dedo gordo en la boca. Ahora todos mis remilgos estaban quedando atrás, la excitación de la Señora me estaba poniendo taquicárdica. Sentir sus piernas vibrando cada vez que mi lengua pasaba entre sus dedos, era embriagador. Cuando llevada por la excitación le dí un suave mordisco al dedo pequeño, se le escapó un ...