1. La profesora de autoescuela (5ª parte y final)


    Fecha: 06/03/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Swad Swan, Fuente: TodoRelatos

    ... gemido y noté como la otra pierna se abría como para dejar pasar el aire.
    
    En ese momento oí la puerta de la entrada abrirse, me quedé petrificada, y me alejé del pie. Estaba brillante de mi saliva. La Señora se sentó en pose más normal en el sillón y dijo.
    
    Adelante por favor estoy en el despacho. Sí, aquí a la derecha.
    
    Estaba loca? estoy debajo de su mesa chupandole un pie y hace pasar a alguien al despacho !! Ya sé que no me podían ver, pero como alguien notara algo sería muy difícil de explicar para la dos. Oí los pasos que se acercaban. Mientras tanto ella se sentó al borde del sillón, y lo acercó al máximo a la mesa. Menos mal pensé, así es más difícil que nos pillen. Pero entonces su mano se asomó bajo la mesa. Palpó sin ver hasta que me tocó el pelo. Puso su mano en el cogote y me empujó hacia ella. Separó las piernas y me encará contra su entrepierna. Mientras tanto, la visita se sentaba a apenas 60 centímetros de mí. Yo tenía la cabeza entre sus piernas. Mi nariz tocaba el pelo de su coño, porque además, la muy cabrona no llevaba bragas, y podía oler perfectamente sus jugos vaginales. La Señora sacó su mano justo cuando la visita empezaba a hablar.
    
    Soy la madre de Jorge Alvarez, que…- Dios !!! era una vecina, era Encarni, mi vecina, me conocía desde que nací !! La mujer seguía hablando y la Señora asentía y hacía algún comentario.
    
    Yo no podía ni respirar de los nervios. En un momento dado,la Señora hizo como que se rascaba la pierna y me empujo la cara ...
    ... contra su coño. Poco a poco el miedo fue dejando paso a la excitación de lo prohibido. El olor a sexo húmedo, el calor, las palpitaciones en mi entrepierna me volvieron loca, saqué de nuevo la lengua y la empecé a pasar por los labios vaginales que tenía delante. Suavemente con la lengua los separaba, disfrutando de los fluidos que destilaba. Arriba y abajo, muy suave, sin hacer ruido. Ya no oía nada de la conversación, solo estaba allí para calmar mis ansias de sexo y darle placer a la Señora. Pudieron ser minutos o segundos, cuando de nuevo la mano bajó en mi búsqueda, pero esta vez para separarse. Se levantó del sillón, alisandose la falda como hacen las personas de una cierta edad. Normalmente se hace para quitar alguna pequeña arruga de la falda, pero esta vez lo hacía para ponerse la falda en su lugar porque una chica de 18 años estaba debajo de la mesa, primero chupándole los pies y luego el coño. Pero la Señora ni se inmuta, sale de detrás de la mesa, y con unas risas acompaña a la mujer a la entrada, le dice que sí, que su hijo podrá empezar la semana que viene. Se dan dos castos besos en las mejillas y vuelve al despacho. Yo sigo acurrucada debajo de la mesa.
    
    Niña, estás hecha para pecar. Me encanta tu decisión y obediencia. Eres un cielo. Ahora marcha para casa. Recuerda, esta tarde a las seis aquí. Tenemos muchas cosas que hacer.
    
    Salgo de debajo de la mesa, es humillante salir de ahí, pero me siento bien. Vamos hacia la puerta y cuando salgo me dice:
    
    Dale ...
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