Taxista nocturno (Lo que cambió mi vida)
Fecha: 08/03/2025,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... excitarme con ello, seguramente porque alguien se lo había enseñado para provocar a sus pervertidos clientes.
Al final pude ver que ni siquiera llevaba braguitas, lo que provocó que mi polla empezara a palpitar dentro de mi pantalón y cuando al fin llegamos a un lugar donde no podía vernos nadie, paré el taxi y ella me abrazó, para ponerse sobre mí y hacerme sentir su pequeño cuerpo, delicado pero ardiente a la vez, como si desprendiera fuego de él, por el calor que me transmitía.
Empecé a acariciarla por todo su cuerpo debajo de su ropa, hasta descubrir sus pezoncitos que lamí y mordí como si fueran los caramelos que ella vendía, a lo que ella reaccionaba apasionadamente, de una forma de nuevo, impropia de su edad, con una fogosidad que me desbordaba y me volvía loco, sintiendo la humedad de su pelada vagina en mi polla al rozarla cuando se movía sobre mí.
Su mirada estaba completamente encendida, pareciendo más la mirada de una viciosa mujer encelada que la de la niña que tenía entre mis brazos, lo que era una combinación difícil de asimilar, por lo que sólo me quedaba disfrutar de ese momento único hasta ahora, entre todos los que había tenido tan morbosos durante mis noches de taxista.
No podía dejar de besarla, de chupar su lengüita, de lamer su suave piel; me estaba volviendo loco y mi polla presionaba en su rajita queriendo meterse en ella hasta que sentí que por fin entraba mi glande en su cuquita caliente y ya no quise sacarlo de allí, empujando más ...
... hasta que le entro toda la polla dentro, por lo que ella se quejó un poco, pero enseguida sus gemidos eran cada vez más fuertes diciendo sin parar:
.- ¡Qué rico, qué rico….! —Como si fuera una puta que quisiera hacer acabar a su cliente.
Y vaya si lo consiguió, porque empecé a correrme sin parar en medio de espasmos que me hicieron gritar de placer, desbordándose por fuera todo el semen que no cabía en su pequeña vulva. Todavía se la dejé metida un rato más porque la sensación era como de estar en el cielo, ya que sentía como esa vulva se contraía y se abría presionando mi pene como si fuera una mano masturbándome para sacarme hasta la última gota de leche.
Después de eso, pude darme cuenta de que esa niña, con esa edad ya estaba follada y hablando luego con ella, la pregunté cómo sabía tanto del sexo, a lo que me respondió:
—Es que veo a mi tío follar con su novia.
—Pero sólo viendo no se aprende tanto…… —le dije yo, extrañado.
Ella bajó la mirada avergonzada, pero comprendí que su tío debía estar follándola desde no sé cuándo, algo que casi ya ni me sorprendía, después de todas las vivencias tenidas como taxista nocturno.
Después de darle el dinero convenido, la dejé en su casa y yo volví a la mía dando por terminada la jornada, pero sin poder quitarme de la cabeza todo lo que me estaba pasando y la nueva vida que estaba teniendo, sintiendo que cada vez me alejaba más de mi esposa, ya que el sexo con ella era cada vez más distanciado y más frío porque ya no ...