La primita feminista
Fecha: 13/03/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
De jóvenes solemos ponerle pasión a todo en lo que nos enfocamos. Yo era el primero que se obsesionaba cuando algo le interesaba, pero descubrí que en asuntos sociales o políticos es mejor no radicalizarse o acabas perdiendo la razón. Para mí fue una lección valiosa, por eso se la quise transmitir a todo el que percibiera que la necesitaba, especialmente si se trataba de alguien de mi sangre.
El caso de mi familia siempre fue bastante especial. Desde que tenía uso de razón siempre habíamos estado muy unidos, hasta el punto que todos los domingos nos reuníamos en casa de los abuelos para comer juntos. Era una tradición que me inculcaron de pequeño y con la que crecí sin cuestionármela en ningún momento.
Mi madre era la mayor de tres hermanas y la única que aún seguía casada. Así que esas reuniones familiares no nos juntábamos demasiados, ya que su hermana mediana solo tenía un hijo y la pequeña una hija. Precisamente por mis primos seguía disfrutando de esas reuniones dominicales, ya que siempre tuvimos muy buena relación.
Nil, además de ser mi primo, era el mejor amigo que tenía. Siempre fuimos muy diferentes, pero nos complementábamos a la perfección y todos los domingos nos lo pasábamos fenomenal juntos. Sus padres estaban divorciados, motivo por el cual pasaba mucho tiempo solo en casa, y yo, a partir de cierta edad, lo visitaba con frecuencia para hacer de las nuestras también entre semana.
Un caso bastante diferente era el de Frida, nuestra prima pequeña. ...
... Nil y yo éramos prácticamente de la misma edad, pero ella nació cuatro años después, convirtiéndose de inmediato en la niña mimada de la familia. Además, sus circunstancias eran bastante especiales, porque su padre las había abandonado a mi tía y a ella en cuanto nació.
Pero el hecho de estar tan protegida no la afectó en absoluto. Frida lo seguía a todas partes y trataba de imitarnos, éramos sus referentes. Nosotros la queríamos y cuidamos mucho, aunque también nos gustaba hacerla rabiar. Sucedía así cuando éramos pequeños, pero no cambió demasiado cuando llegamos a la adolescencia.
- Nil, dile que se coma un pimiento de esos de los que pican.
- Sí, claro... para que me regañen a mí como siempre.
- Nos vamos a reír mucho.
- Pues díselo tú.
- Recuerda que soy siete meses mayor que tú y me tienes que obedecer.
- No soporto que te salgas siempre con la tuya, Iker.
- Luego te enseño unos trucos para ligar y estamos en paz.
Porque si en algo nos habíamos distinguido siempre era en la capacidad para atraer a las muchachas. Ya desde pequeño se veía que él era mucho más tímido, mientras que yo no tenía ningún problema para relacionarme con cualquiera. Eso, unido a un atractivo que nadie podía negarme, me convirtió desde bien jovencito en todo un ligón.
Justo por ese carácter que teníamos uno y otro me resultaba tan sencillo manipular a mi primo. Nunca lo hacía con mala intención, solo que prefería que fuese él el que se metiera en líos. Después le daba ...