Al Servicio del Sultán 3 - Relatos Eróticos

Al Servicio del Sultán 3

¡¡¡¡GRACIAS!!!!!

"Publique la primera parte de este relato con motivo de mis 25 relatos y mis 150.000 accesos.La segunda fue algo más de un año después con motivo de mi relato 100, ya con 650.000 accesos. En aquel momento prometí no tardar un año en publicar la continuación, y por seis días lo he conseguido, aquí tenéis como mi relato 200 y con 1.360.000 accesos la tercera parte.

Bromas aparte, lamento haber tardado tanto en publicarlo, este es un proyecto muy personal, al que dedico tiempo para que las fechas, lugares y personajes sean lo más históricos posibles, sin dejar de lado que esto es un relato de ficción. Como podréis ver ya en la primera línea, tengo intención de continuar con esta historia y como dije hace tiempo, sin importarme los accesos o valoraciones, aunque evidentemente prefiero que guste a los lectores.

Por último dar de nuevo las gracias a todos los que han dedicado un poco de su tiempo a leer mis relatos, es especial, por nombrar a algunos de ellos a Almar75, Morbo, Kitonu, Lady Sharon o Majestros, que con sus comentarios me animan a seguir escribiendo. Me gustaría dar incluso las gracias al lector que desde hace un par de meses califica todos mis relatos con un terrible, espero que los lea antes de calificarlos.

Gracias por leer mis historias y traducciones, por vuestros comentarios y valoraciones.

Al Servicio del Sultán 3

22 de Marzo del año 1193 / 9 de Rabi’al-Awwal del año 589

Miro unos segundos por la ventana antes de comenzar ...

... a escribir, observo la majestuosa Catedral de Santa Sofía alzándose hacia el cielo, dominando Constantinopla. Me siento mal, en primer lugar, porque por primera vez en años no sé lo que me depara el futuro, pero sobre todo porque sé que no debería estar aquí, debería estar en Damasco, en la Mezquita de los Omeyas, asistiendo al entierro del Sultán Salah ad-Din Ibn Ayyub, fallecido hace unas semanas.

Saladino ha sido ni señor, mi mentor, mi amigo, durante los últimos diez años y sé que hubiese querido que asistiese a su entierro, pero con su muerte desaparece el último lazo que tenía con esas tierras.

Jimena se me acerca y después de darme un beso en la mejilla se arrodilla entre mis piernas y libera mi polla de los pantalones, ya no es mi esclava, la liberé días antes de tener a nuestra hija, pero le gusta comportarse como tal, sabe lo mucho que me excita y le encanta la forma en que luego la fóllo.

Hoy no es un juego previo, sabe que no voy a follarla, simplemente pretende ayudarme a relajarme.

Me corro en apenas un par de minutos, mucho más rápido de lo habitual, estoy demasiado distraído para concentrarme en el placer.

Me fijo en Jimena, está desnuda, su cuerpo sigue siendo tan hermoso como la primera vez que la vi desnuda, es más, sus tetas algo más grandes y sus caderas un poco más anchas producto de la maternidad le hacen todavía más atractiva, incluso su rostro es más hermoso gracias a la madurez del paso de los años.

Sonrío al mirar su cuerpo desnudo ...