Al Servicio del Sultán 3 - Relatos Eróticos

Al Servicio del Sultán 3

... de que no soy árabe, pensando seguramente que voy a rescatarlas.

Me fijo en las dos jóvenes, una de ellas tiene el pelo muy negro con unos ojos verdes muy claros, cuerpo delgado, y aunque sus anchas ropas no permiten observarlo bien se aprecian sus caderas anchas y sus pechos. La otra es rubia, tiene el pelo suelto hasta la cintura, ojos azules y en ella sí que se notan unos pechos abundantes y unas caderas anchas.

“¿Quiénes sois?” les pregunto.

Ninguna de las dos jóvenes contestan, provocando que el capitán Salem se acerque a ellas con el látigo en la mano dispuesto a golpearlas, aunque le detengo antes de que lo haga.

“Las personas que vengan mañana a inspeccionaros para ver si os compran o no, no van a estar interesados en vuestra identidad, tan solo en lo que tenéis debajo de vuestras ropas;” les digo. “Me llamo Eric Martín, Embajador al servicio del Sultán Saladino, y estoy buscando dos esclavas para que entren a mi servicio personal y atiendan y acompañen durante mi ausencia a mi segunda esposa Jimena de Alcántara, la cual está a punto de tener un bebé.”

“Ella es Leonor Iñiguez, segunda hija de Lope Iñiguez, Conde de Vizcaya;” me dice la rubia. “Yo soy Catalina de Borgoña, sobrina del Duque Hugo III de Borgoña. Nuestro barco fue capturado cuando viajamos a Roma. Le dijimos a los piratas que nos capturaron que pidiesen rescate por nosotras, cuando os vimos venir pensamos que veníais a rescatarnos.”

“Hay muchas personas que pagarán mucho más por ...

... teneros como esclavas en su harem de lo que podrían pagar vuestras familias como rescate;” les digo.

“He alquilado una casa cerca del puerto, llevadlas allí, y a la pelirroja con el emblema de la Republica de Venecia también;” ordeno a los dos capitanes.

“¿Qué hacemos con el resto?” me pregunta el capitán Salem.

“Que Merary compruebe su virginidad y luego regrese a la casa;” le contesto.

“A sus órdenes don Eric;” me dicen los dos capitanes. “¿Qué marca quiere que coloquemos a las esclavas?”

Me lo pienso unos segundos, al final saco el medallón del interior de mi ropa y soltándolo de su cadena se lo entrego al capitán Salem. “A las esclavas del primer grupo colocarlas la marca estándar en su muslo, a las del segundo grupo y a las que escoja Merary marcarlas con mi emblema en su pubis.”

Salgo del edificio y me dirijo al puerto, tardo unos segundos en darme cuenta de que estoy llorando, me dejo caer de rodillas al suelo y levanto la cabeza al cielo, elevando una oración pidiendo perdón en silencio por lo que acabo de hacer, sin saber bien si la oración la estoy dirigiendo a Dios o a Alá.

Diez minutos después de haber regresado a la casa que he alquilado, regresa Merary acompañada de los dos capitanes y las tres jóvenes que he seleccionado.

“¿Cuál es tu nombre?” le pregunto a la joven con el emblema de la República de Venecia.

“Soy Francesca Mastropiero, hija del Dux de Venecia Orio Mastropiero, y si me tocas mi padre te arrancará la piel a tiras;” me ...