Femdonia.Azotaina con público - Relatos Eróticos

Femdonia.Azotaina con público

... nos reímos ante aquella forma tan graciosa de contar como me zumbaba, pero yo noté como las primas se quedaron con ganas de saber más, lo que pasa es que ya nos íbamos al restaurante a comer.

Era un sitio informal, nos sentamos en taburetes altos, los 5 alrededor de un barril que hacía las veces de mesa, yo a la derecha de mi Ama, pendiente de ella como sé que le gusta, y no sólo le gusta sino que además me lo demanda, y me lo exige.

Nadie pareció darse cuenta de todo ello, a excepción de Julia, que a mitad de la comida, le dijo a mi Seora, pero dirigiéndose a todos.

-Quiero decirte Pepi, que me encanta como te trata Ramón, está siempre pendiente de ti, atento a todo, cuando hemos llegado te ha quitado el abrigo, y te lo ha colgado en la percha, te ha ayudado a sentarte en el taburete, te ha recordado ese vino que tanto te gusta, te trae servilletas, te sirve agua, es una maravilla, me encanta, de verdad.

-Por la cuenta que le trae jajaja.- Volvimos a reír todos, y siguió diciendo; la verdad es que lo tengo muy bien enseñado, pero también es verdad que he tenido mucha suerte con él, siempre lo digo, yo lo he enseñado, pero él es muy bueno.

Me regaló otro beso húmedo y caliente, agarrándome por la nuca que me encantó, por el beso en sí, y por el componente de posesión que tenía.

-Es verdad que se ve que os lleváis genial, y me encanta, pero, te puedo hacer una pregunta Pepi, si no quieres no me contestes, es que tengo curiosidad, antes cuando has dicho lo ...

... de la disciplina, imagino que te refieres a azotes, pero exactamente con que … le pegas?.- Volvió a pregunta Marta que no podía ocultar le morbo que le producía todo aquello.

-¿Qué con qué le pego? Pues con la zapatilla, la mayoría de la veces, pero con más cosas, madre mía con mil cosas.

-¿Con la zapatilla? Pero ¿cómo a un crio?.

-¿Te parece poco la zapatilla? ¿A ti te han pegado alguna vez con ella?

Ahí Marta se sonrojó bastante y a mí me dio la impresión de que miró de reojo una décima de segundo a su prima, y balbuceo alguna disculpa, rectificando sobre la supuesta benevolencia en ese tipo de castigo.

-Yo te aseguro que si yo te pego una paliza con mi zapatilla… no te sientas bien en una semana, ¿sí o no cariño?

-Doy fe, mi amor.- Aquella frase se escuchó también en la mesa de al lado, pero me gustó que me miraran y que supieran que aquella Diosa que había junto a mí, me zumbaba con su zapatilla pero a base de bien.

Además volvieron a reír todas, y se volvió a destensar un poco el ambiente.

El resto de la comida transcurrió entre elogios para mi Ama, y sobre todo para mí, de que si era muy buen sumiso, de que si llevaba a mi Ama en la palma de la mano como se suele decir, que daba gusto ver cómo me desvivía por ella, etc etc, y yo sólo decía que todo era mérito de Ella.

Tras la comida, decidimos a ir a tomar una copa a algún bar de moda, a mí me apetecía un gin-tonic después de comer, pero no sabía si iba a poder porque mi Ama no quiere que tome ...